Ayer ya empecé camino para ir a matar al cerdo,
este año pero sin mi mujer a causa de que está enferma y no ha podido venir. Ya
cuando llegue me encontré a dos amigos míos Bruno i Buffalmacco. Uno de ellos me dijo que ese cerdo estaba muy gordo y hermoso y que podría venderlo y sacarme un
dinero. Pero yo les conteste que no ya que no quería mentir a mi mujer porque
se acabaría enterando y me echaría de casa.
Esa misma tarde me invitaron tomar algo y me acabe emborrachando. El día
siguiente por la mañana cuando me levante me habían robado el cerdo, me sentí muy
culpable porque si no me hubiera emborrachado no me lo hubieran robado, no lo
hubiera permitido. Mis dos amigos me acusaron de mentiroso y no me creían ya
que decían que lo había venido yo. Al final mis dos amigos y yo quedamos que haríamos
unas pruebas con todos los vecinos para saber quien había sido. Bruno fue a
buscar unas píldoras y nos repartió una a cada uno y nos dijo que quien había sido
el ladrón la escupiría rápidamente porque le sabrían muy amargas. Cuando nos
las metimos en la boca yo sin ningún temor porque sabía que yo no lo había hecho,
yo no había robado el cerdo. De golpe he empezado a notar un sabor muy amargo y
la e escupido incluso antes de que acabara de repartirlas a los otros, y me ha
dado otra para asegurarse. Entonces la he vuelto a escupir porque estaba
asquerosa. Todos me empezaron a acusar
de que yo había robado el cerdo y yo era inocente. Pero luego en lo único que
he podido pensar es en mi mujer.

Aida, atenta a la ortografía y a los signos de puntuación.
ResponderEliminar