domingo, 3 de marzo de 2013

El cerdo de Calandrino

Tengo que ir a mi pequeña heredad en las afueras de Florencia como cada año. Iré a ver al cerdo que crío todos los años aparte de mis cultivos. Tengo costumbre de ir en diciembre con mi mujer, pero este año no me puede acompañar porque está enferma. Solía matarlo y ponerlo a  salar. Bruno y Buffamalmaco se enteraron que este año iba solo, y fueron a visitar amigo suyo y vecino mío. Esas misma mañana que llegaron yo había matado el cerdo, y al verlos a ellos con el cura los llame, les mostré el cerdo, en cuanto lo vieron supieron que yo lo quería salar.
Me dijeron que estaba muy gordo y que debería venderlo, y que le dijera a mi mujer que me lo habían robado. Esto me lo propuso Bruno
Yo insistí que mi mujer no me creería y me echaría de mi casa. Hablamos un buen rato pero fue en vano. Decidí invitarlos a cenar, pero se negaron.
A mis espaldas planearon el robo de mi cerdo, y de esa manera cuando por la noche llegué a mi casa y me eché a dormir.
A la mañana siguiente cuando me levanté el cerdo no estaba, y empecé a pegar alaridos. Cuando vinieron Bruno y Buffalmacco les pregunte por el, pero me trataron de loco.
Después compraron píldoras de jengibre para hacerme creer que quien la escupiera había robado el cerdo, y como fui yo me acusaron ami de haber robado mi propio cerdo y de no quererles decir nada para no tener que dar nada de dinero.

1 comentario:

  1. Alba, has de repasar el punto de vista y corregir las faltas ortográficas.

    ResponderEliminar