domingo, 10 de marzo de 2013

El cerdo de Calandrino

Ya era 1 de Diciembre y le dije a mi mujer que teníamos que ir a matar al cerdo y después, salarlo. Al comentárselo ella me respondió que no se encontraba bien, que justo ese día se había puesto enferma, entonces, tuve que ir yo solo. Al llegar al terreno Buffalmacco y Bruno me empezaron a preguntar sobre que haría con el cerdo y me sugirieron que lo vendiera en vez de salarlo, propuesta que no acepté porque mi mujer esperaba que llevara al cerdo salado a casa. Al día siguiente, al amanecer bajé donde estaba el puerco y había desaparecido. Salí a la calle rápidamente buscando al culpable de ese robo pero sin resultado alguno. Pregunté a Buffalmacco y Bruno si ellos sabían algo y nada, no tenían ni idea, pero insistieron en que había sido yo el que había cogido al puerco y lo había llevado a vender, yo lo negué por completo y Bruno me dijo que haríamos la prueba de fuego, el traería unas píldoras y al comerlas a quien le sabieran amargas sería el culpable del robo. Tras hacer la prueba solo me sabieron mal a mi así que quede como el culpable del robo, pero en realidad, yo no robé mi propio puerco. Al final pensé que la mi mujer podría ser sospechosa.

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