La puesta de sol
Era una tarde cualquiera, yo había
ido el hospital a visitarlo como de normal desde hace 3 meses pero en realidad
ahora había una diferencia, se estaba muriendo, en poco tiempo había empeorado
hasta llegara un punto que había vuelta atrás.
Él estaba tumbado en cama y yo
sentada a su lado mirando hacia una gran ventana donde se podía apreciar
perfectamente como el sol se oculta y la oscuridad lo inundaba todo.
–
Te recuperaras, te lo prometo- le dije para incitarlo a segur luchando, pero el
silencio seguía siendo el protagonista, hasta que él lo rompió:
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