
El remedador era el juglar que se dedicaba
a imitar (a remedar). Tomaba una víctima entre los presentes y lo imitaba hasta
que se aburría o hasta que el público se cansaba.
El cazurro
era el que ejercía artes plebeyas; sabía hacer malabares y algún que otro juego sacaperras
tipo el trilero.
El juglar
de gesta era el
especializado en recitar fragmentos de Cantares de Gesta, adulaba con la voz y
era capaz de mantener el suspense de lo que iba contando.
El goliardo, mezcla de estudiante y
vagabundo, conocedor de instrumentos y compositor. Era un religioso renegado o un
estudiante fracasado, con cultura pues, que se daba a la juglaría para escapar
de la miseria, y que componía sus propias obras, a menudo de carácter muy
satírico y con fuerte contenido carnal.
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