En
el verano del 2006 mi madre y yo nos decidimos por ir a México.
Todos
los días teníamos diferentes actividades que hacer organizadas por el hotel, y
aquel día nos iban a llevar al centro para hacer compras de recuerdos. Una vez
llegamos hacia un día esplendido y un calor sofocante como de costumbre allí. Entramos
en una tienda y compramos varios objetos de recuerdo, entre ellos una gran
máscara maya, al salir de allí comenzó a diluviar y en pocos segundos el agua
nos llegaba a las rodillas, pero por suerte llegamos al autobús a tiempo, pero
al sentarnos y mirar que nos faltaba nada nos dimos cuenta de que la cajera se había
quedado con la máscara ya pagada, así que mi madre se levantó se bajo del
bus y sin importarle la lluvia y la inundación
logró llegar, reclamar la máscara y volver al bus, eso si empapada de cintura
para abajo.

1 comentario:
Jennifer, has de cuidar la ortografía y los signos de puntuación, de esta manera tus redacciones mejorarán notablemente. La anécdota que cuentas es divertida y está bien planteada.
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