Como mi mujer no se encuentra bien me acompañaron unos
amigos Bruno y Buffalmacco. Cuando les enseñe el
cerdo se sorprendieron mucho
-¿Qué gordo esta no? Vendelo y gastémonos el dinero en
bebida sin que tu mujer se entere
Siguieron intentado convencerme pero no lo consiguieron,
así que les invite a cenar , pero ellos se negaron y se fueron. Más tarde me
invitaron a ir a la taberna a tomar unas copas. Apenas pude llegar a casa de lo
borracho que estaba.Al despertarme y bajar a bajo
-¿Dónde está? Grité
Mis amigos entraron en casa
-
¿Qué ha pasado?
-
ay de mí, amigos míos, que me han robado al
puerco!
Mis amigos no me creían, pensaban que les engañaba para
no gastar el dinero del puerco en bebida.
-Menos mal
que, por una vez, eres discreto.
-¡Pero si lo
digo de verdad! –dije.
-Ayer,
Calandrino, te aconsejé que dijeras eso. No me gustaría que ahora te burlases
de tu mujer y de nosotros.
-¡Te digo que
me han robado el cerdo!
-En tal caso,
convendría, si es posible, buscar el modo de recuperarlo. Debe de haber sido
alguno de tus vecinos. Y ciertamente que, si pudieras reunirlos, yo sé hacer
una prueba para ver quién lo tiene. Podría hacerse con unas píldoras de
jengibre y vino pardo.
Me gusto la idea así que acepte.
Bruno y Buffalmacco decidieron,
reunir a todos mis vecinos para
averiguar quién me había robado el cerdo, haciéndoles a todos una prueba con
una píldora de jengibre
- quien mienta le sabrá amarga y la
escupirá y entonces sabremos quien es el
culpable del robo del cerdo. Dijieron
Cuando
estábamos todos reunidos Bruno y Buffalmacco comenzaron
a repartir las píldoras a cada vecino . Cuando me dieron una píldora. Cojí la
píldora , me
la trague y a los segundos de masticarla la escupí de lo amarga que estaba .
Todo el mundo me quedo mirando .
-¿Pero qué es eso, Calandrino? Esperad, que quizá sea otra
cosa lo que le ha hecho escupir. Le daremos una más.
Cuando me trague la segunda pasó lo mismo, la volví a escupir.
Toda la gente se comenzó a ir ya que pensaban que había mentido
con el robo de mi propio cerdo.
-Por seguro daba yo que tenías el cerdo y que querías
mentirnos con eso de que te lo habían robado para no darnos de beber con el
dinero que recogieras.
-
Claro que no lo tengo, creerme! Dije
-Pretendes, con tus juramentos, que creamos que te han robado
el puerco que debes de haber vendido. No nos agradan tus burlas y, si no nos
das dos pares de capones, se lo contaremos a tu esposa.
No me quedaba otra opción, así que accedí y les di lo que me
pedían
1 comentario:
Repasa la ortografía y los signos de puntuación.
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