Tengo mucha suerte de
residir en un pueblo costeroy de buen clima como Cambrils, pero me siento
enraizado en otra tierra. Esa tierra es Canet, el pueblo donde creció mi padre, al que yo intento no fallar en ninguna celebración especial y al que vamos
de vez en cuando para visitar a mis abuelos y a los amigos que tenemos allí.
Canet está en la comarca
del Bajo Maestrazgo en la provincia de Castellón y dentro de la Comunidad
Valenciana. Es un pueblo de unos 700 habitantes, con muchas tierras de cultivo y
granjas de animales. Tiene un término muy grande y con muchas rutas para hacer
en bici y a pie.
Siento una gran relación
entre mi pueblo y mi ser, ya que es de donde me siento más orgulloso de
pertenecer, ya sea por las amistades o por mi manera de ser cuando estoy allí.
En Canet me noto liberado y disfruto todos los momentos y lo más importante es
que cuando estoy allí no me acuerdo de la mayoría de los problemas, digamos que
desconecto.
Uno de los puntos débiles
de mi pueblo es que está poco comunicado con el exterior, es un lugar donde no
llegan medios de transporte colectivos, como trenes y autobuses por eso me gustaría
mejorar eso, para que la gente sin vehículo propio pudiera moverse con más libertad.
Las celebraciones que se
hacen son mucho más divertidas y variadas en relación con las de Cambrils, por
eso cada vez que hacen algo especial en Canet decido ir sin pensármelo. Me
siento muy apegado hacia mi pueblo y si tengo que decir de dónde soy diré de
Cambrils, porque paso la mayor parte del año viviendo aquí, pero si me
preguntan de dónde me siento responderé de Canet.
1 comentario:
Fantástica tu argumentación. Muy bien expresados tus sentimientos.
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