La escasez del agua
El problema de la escasez del agua ha referencia a la falta
de agua dulce. La mayor parte del agua, la de los mares y océanos es tóxica por
su alto contenido de sal. De los 1,4 mil millones de kilómetros cúbicos de agua
en la Tierra ,
tan solo 200000 son agua dulce. Las personas afectadas por este problema ya
ascienden a 1200 millones de personas, casi una quinta parte de la población
mundial y 500 millones ya están cerca de padecer este problema. También hay que
sumar a los anteriores los 1600 millones que tienen escasez económica de agua
por falta de infraestructura. A pesar de que en los países del tercer mundo el
problema está más agraviado, la escasez de agua ya se ha extendido a nivel mundial
afectando a todos los continentes, siendo África el más perjudicado.
No hace falta hablar sobre la necesidad vital que tenemos
del agua. Esta constituye la gran parte de nuestro organismo y nos hace falta
hasta para las actividades más cotidianas. Es el medio donde tienen lugar
todas las reacciones químicas del metabolismo tanto de nosotros como de los demás
seres vivos. También es utilizada en actividades industriales y otras actividades.
Este ya es uno de los grandes problemas del siglo XXI y
sigue creciendo. El consumo de agua está aumentando a un ritmo superior a la
tasa de crecimiento de población. La escasez de agua contribuye a la pobreza
extrema e impide el desarrollo.
Este es un problema ocasionado por el ser humano y puede ser
solucionado por el mismo. Las dos claves para solucionarlo son la correcta
distribución y evitar el despilfarro.
El agua está distribuida muy irregularmente de manera que a
los países más pobres que tienen una falta de la infraestructura necesaria para
llevar el agua hacia la población se ven muy afectados por la escasez del agua.
Como ciudadanos de un mismo mundo, nuestra obligación es proporcionar los
medios necesarios a estas poblaciones para que tengan un acceso adecuado al
agua y que no tengan que recorrer grandes distancias y tengan escasez. Hace
falta aclarar, que la falta de agua también contribuye a la pobreza e impide el desarrollo, por lo que estos países
afectados no podrán mejorar su situación económica lo que se convierte en un
bucle. No podrán invertir en infraestructuras para traer el agua.
Gran parte del gasto lo producen las grandes multinacionales
sobretodo la agricultura de regadío y las ramaderia. Debemos tomar medidas
contra estas empresas, aunque sea en último término acciones legales para que
reduzcan el consumo de agua. Obviamente no cederán fácilmente ya que el perjuicio
económico que les causaría es elevado. Pero no se puede consentir un gasto tan desorbitado
de agua.
No obstante, no debemos pensar que es un problema ajeno a
nosotros. Cada uno puede colaborar en mayor o menor grado para reducir su
consumo de agua y por tanto ayudar a combatir la escasez de esta. Todos juntos
podemos reducir mucho el despilfarro de agua y conseguir así un equilibrio. Ejemplos
sencillos son cerrar el grifo al lavarte los dientes y afeitarte, evitar la
bañera y ducharse preferiblemente, no emplear el inodoro como basura, arreglar
las averías en las cañerías (evitar el goteo), llenar la lavadora y
lavavajillas ya que estos consumen grandes cuantidades de agua y otras tantas
actividades de sentido común y poco
esfuerzo.
Solo el 0,01 por ciento del agua se encuentra en lagos y
ríos que es la más fácilmente accesible. Es importante la concienciación y la
actuación inmediata, ya que de otra manera el problema podría volverse
irreversible.Cada gota cuenta.
1 comentario:
Buen artículo, Marcel.
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