Relato de ficción

Cuando Herbal sufrió el dolor fantasma como lo llamó el doctor Da Barca, estaba en la terraza tomándose un refrescante vaso de cerveza contemplando la belleza de la oscuridad, admiraba las estrellas y la luna cual chiquillo una bicicleta nueva.

Herbal sabía que sus maldades en la vida y la locura le habían perjudicado en el día a día, Herbal quería cambiar pero no sabía si entonces sería ya demasiado tarde para hacerlo.

El hombre que había salvado en multitud de veces al doctor Da Barca, estaba a punto de morir y además con el sufrimiento del dolor fantasma de cuando le amputaron la pierna. El doctor da Barca pesé a sus diferencias empezó a buscar el método para que no acabase ese dolor insufrible con Herbal. El doctor Da Barca no encontró la solución para remediar la muerte casi inmediata de Herbal.

A Herbal le quedaba apenas unos instantes de vida, él se lo notaba, su cuerpo poco a poco se iba apagando. Entonces fue cuando para sorpresa para él entró Marisa a su habitación donde descansaba, y le dijo mientras agotaba sus últimos segundos de vida: Te quiero, y siempre te he querido, siento no habértelo dicho mucho antes. A Herbal no le dio tiempo a responder cuando recibió un beso de su amada durante mucho tiempo. Poco después su vida se desvaneció.