PEPÍN BELLO.
Pepín Bello nació en Huesca, el 13 de mayo de 1904. Fue un gran escritor e intelectual español.
Hijo del ingeniero Severino Bello Poëysuan, desde pequeño Pepín se relacionó con personajes muy conocidos como Joaquín Costa, Ramón y Cajal y Francisco Giner de los Ríos, ya que era gran amistades de su padre. Ingresó en la Residencia de Estudiantes a los once años. Pepín estudió medicina y durante la República desempeño diferentes cargos oficiales. Vivió durante unos años en Sevilla, donde conoció y llegó a ser muy amigo de Ignacio Sánchez Mejías, mítico torero de le generación del 27 fallecido durante una corrida de toros y a quién Garcia Lorca dedicó una de sus obras cumbre. También en Sevilla fue uno de los organizadores del homenaje a Góngora.
Pepín fue el último testigo vivo de los famosos amigos de la Residencia de Estudiantes de Madrid, entre los que se encontraban gran parte de miembros de la generación del 27, como Lorca, Dalí, Alberti y Buñuel, de quienes fue íntimo amigo y con los que mantuvo una gran relación. Compartió habitación durante unos meses con Federico Lorca. Pepín es conocido como el fotógrafo de la generación del 27 por haber realizado la gran mayoría de las fotos que se conservan de aquel momento.
Enrique Vila-matas se refirió a él como “el arquetipo genial del artista hispano sin obras”. Su actividad profesional ha estado alejada de la actividad cultura propiamente dicha, aunque ha mantenido contactos con muchos de los amigos hechos en la Residencia.
Hombre de increíble humor y enorme agilidad mental, Pepín Bello puede ser definido como un surrealista nato y avant la lettre que, a pesar de no haber dejado apenas obra escrita, está presente a través de otros creadores que sí han manifestado sus ideas e influencia como levadura activa en el cine, la pintura y la literatura. Ése es el caso de Luis Buñuel, Federico García Lorca y Salvador Dalí.
El caso de Pepín Bello es uno de esos extraordinarios ejemplos de carisma personal que alcanza a nutrir obras tan relevantes como las de Dalí, Lorca o Buñuel, cediendo ideas generosamente (despreocupándose de su paternidad y de dejar constancia de ellas), y propiciando un clima de hallazgos e invenciones decisivo para la implantación en España de algo así como un surrealismo autóctono, presidido siempre por un peculiar e intransferible sentido del humor. El 1 de junio de 1999 recibió un homenaje en el Casino de Huesca para celebrar su 95 cumpleaños organizado por la revista Trébede en el que intervinieron entre otros Agustín Sánchez Vidal y el director de la Residencia de Estudiantes, José García Velasco. Pero el premio más importante desde esta comunidad fue la concesión del Premio Aragón en la festividad de San Jorge del 2004.
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