

Mi chica revolucionaria, sinsombrero, compañera de viaje o como la queráis llamar, tiene 17 años. Es refrescante como un granizado en verano, dulce hasta causar diabetes, y lo mas importante, es decidida, sabe lo que quiere, se podría decir que es la voz del viento al llegar la noche, escuchada por pocos pero libre. Influenciadora, nefelibata, independiente, simplemente como una Caperucita harta de vivir siempre la misma historia, dispuesta a plantarle cara al lobo. No es la mas guapa del bar, pero sabe brillar, y eso la hace única. Nunca viste de domingo, pues reluce cual diamante recién tallado a diario. No necesita de maquillaje para hacerse notar, ni de fotos provocativas para cazar a un hombre. Le basta con su labia, su extenso conocimiento de los mas extraños vocablos de la lengua española, te embelesan hasta tal punto que caes rendido ante sus manos. Te quita la hipofrenia de dos ostias y se asegura de que no vuelvas a caer en su telaraña. Es única a su manera y eso la hace especial. Conocida, compañera, amiga, pareja, ¿que mas da? Es mi chica revolucionaria. Ella es mi sinsombrero.
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