La Poncia: Poncia,
es una mujer de 60 años, de estatura mediana,
castaña con ojos de marón oscuro que trabaja para Bernarda, es decir la criada
de la casa junto a la otra criada, pero a diferencia de esta Poncia lleva siendo
criada de Bernarda aproximadamente unos 40 años y sabe muy bien como es ella y
lo cruel que puede a llegar a ser con ella e incluso con sus cinco hijas (
Angustias, Martirio, Magdalena, Amelia y Adela), también sabe todo lo que
ocurre en la casa y sabe de los amores de Adela con Pepe el Romano, entre otras
cosas.
Poncia se puede describir como una bomba de relojería, ella
ha estado aguantando la tiranía de Bernarda a lo largo de muchos años y ha observado
e incluso sufrido su desprecio contra todo el mundo, y en la obra dice frases
que describen su frustración sobre ella: “Treinta
años lavando sus sabanas, treinta años comiendo sus sobras, noches en
vela cuando tosa, días enteros mirando por la rendija para espiar a los vecinos
y llevarle el cuento, vida sin secretos una con otra y sin embargo, ¡ Mal dolor de clavo le pinché
en los ojos!., pero yo soy buena perra, ladro cuando me lo dicen y muerdo los
talones de los que piden limosna cuando ella me azuza, mis hijos trabajan en
sus tierras y ya están los dos casados, ¡pero un día me hartare! “-y también- “Tirana
de todos los que la rodean. Es capaz de sentarse encima de tu corazón y ver cómo
te mueres durante un año sin que se le cierre esa sonrisa fría que lleva en su
maldita cara” . A parte de estas dos declaraciones de odio de Poncia hacia
Bernarda piensa otras muchas cosas como, que el marido está mejor muerto que
viviendo bajo la dominación de Bernarda.
Finalmente Poncia vive otra
tragedia en la casa de Bernarda, cuando observa como Adela (la menor de todas ),
que está enamorada de Pepe el Romano, se suicida al pensar que su madre lo había
matado por su culpa.
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