María da Visitaçao
Después del último momento en que se vieron Da Barca y María
da Visitaçao, no se volvieron a ver más.
María, que estaba muy mal, se quedó petrificada en la
estación. Ya no sabía qué hacer. Pensaba una y otra vez en que ya no podría
verlo nunca más. Así que, con un grande esfuerzo se levantó del banco de la
estación en el que estaba sentada y se fue para su casa de Coruña. Allí paso el resto de su
vida, esperando a que pasaran los días hasta que llegara su muerte. No se relacionaba
con nadie y si salía de casa era para comprar un poco de comida para poder
alimentarse. Pasaban los días y no podía evitar pensar en Da Barca, su único y
gran amor. Pensó en que no había nadie que se pareciese a él y que no podía recuperarlo
nunca más. Lo amaba día a día y no podía dejar de pensar en él.
Un día, cuando se levantó, se encontraba muy mal
físicamente. Le costaba mucho andar y se mareaba. Decidió tumbarse otra vez en
la cama rápidamente y fue en ese momento cuando vio aquel famoso lápiz que le
dio Herbal encima de la mesita de noche. Fue cuando poco a poco se le nubló la
vista hasta ver todo de negro, sin distinguir ningún color ni ninguna silueta. Fue lo último que vio; aquel lápiz tan
importante que Herbal le dio a María.
Y así acabo su deprimida vida, sin un final feliz junto a su
gran amor, Da Barca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario