Maria da Visitação quedó desolada cuando Herbal murió, ahora su día a día seria mucho más aburrido, como si se tratase de una rutina. Llegaba un hombre, se abría de piernas, le pagaban y vuelta a empezar. Esa no era la vida que ella quería, quería encontrar a un hombre que la hiciese feliz y pudieran irse juntos a vivir sus vidas, pero ella desconocía el sentimiento de amor.
Al día siguiente se levantó como de costumbre, desayunó y se puso a trabajar, allá sobre las nueve de la noche entró un hombre de unos 30 años muy apuesto el cual despertó cierto interés en María. Este se sentó a su lado y empezaron una charla, el le contó que no llevaba una buena vida, no encontraba ninguna mujer que le hiciese feliz y que se sentía muy solo, Maria con sus dotes de psicóloga le escuchó atentamente y intentó animarle llevándose lo a la cama, aunque en realidad ella quería un poco de intimidad para conocerle mejor; pero él solo pedía un poco de compañia.
Llegó la hora de marcharse y Maria se quedó con ganas de saber más de él así que le hizo prometer que volvería al día siguiente y que se lo pasarían genial, ese fue el principio de una bonita historia.
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