Salimos del instituto a las nueve menos cuarto, fuimos andando a la playa del Esquirol. Allí, nada más llegar, los monitores de kayac y submarinismo nos dieron una explicación de lo que teníamos que hacer en general. Cogimos un kayac cada dos personas y un remo cada persona. Los monitores nos enseñaron cómo coger el remo y, al acabar la explicación entramos de dos en dos al mar con el kayac.
La entrada es la parte más difícil porque las olas te derriban, pero lo superamos sin dificultad.
La mayor parte del paisaje era mar, a lo lejos se divisaban las casas, barcas del puerto y la arena de la playa. Los pocos edificios y casas de primera línea del mar eran viejos y desgastados. En otros tiempos los barcos llevaban velas, ahora llevan motor y son más rápidos aparte de más resistentes y compactos.
Cuando llegamos otra vez a la costa, nos quitamos los chalecos salvavidas y los monitores nos dieron unas gafas de bucear y un tubo con el que poder respirar. Teníamos que ir hasta unas bollas y buscar poseidonia, una vez encontrada el alga ya podíamos volver hacia la orilla.
Después, nos pusimos por equipos base a hacer el trabajo de naturales y, a la vez desayunamos. Una vez terminado el trabajo, los profesores nos dejaron un tiempo para comer y, terminado ese tiempo, nos pusimos a andar dirección a la torre del puerto, nuestro siguiente destino.
Una vez llegado a la torre del puerto, un guía salió a recibirnos y nos explicó, antes de entrar , algunas cosas sobre cómo y cuándo se construyó la torre. Una vez dicho eso, entramos dentro y fuimos viendo la exposición de objetos que había y, a la vez, el guía, nos iba explicando cada cosa.
Por fin llegó el momento de subir del todo de la torre. Salímos al balcón y admiramos el bonito paisaje que teníamos ante nosotros. Se veía una gran esplanada de mar, las barcas amarradas en el puerto, no se veía ningún edifício. La mayoría de barcos eran de pesca, también había de vela, hechos de madera.
Al acabar la visita, nos fuimos andando hacía la oficina de información de turismo, el último lugar a visitar, que consistía en una ruta guiada por diferentes lugares del puerto.
En la oficina, nos esperaba la guía, que al contrario de antes esta era una chica. Nos llevó por diferentes sitios del puerto y, nos iba hablando de los pescadores, cómo eran antes las redes, que usaban para pescar, y una estatua de la cual contó la leyenda de un niño que vendía pescado por el pueblo.
La ruta finalizó en la iglesia Santa María, donde nos explicó cuándo se construyo y lo importante que fue. Al acabar la ruta nos despedimos de la guía y, cada uno de nosotros se marchó a casa.
Cristina, Jesús, John, Mikel y Raquel
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