
Estaba esperando a un chico muy especial para mí, me quería llevar a un sitio muy bonito que me dijo, aunque yo no sabia dónde me podría llevar. Estaba un poco nerviosa e inquieta, al fin llegó, se bajó de la moto y lo primero que hizo fue saludarme:
-Hola, princesa, ¿estás preparada?
-Sí -le dije ansiosa mente.
Y así, nos fuimos los dos, subí con él y me llevó a un sitio precioso en la playa a lo alto de unas rocas que había por allí, tumbó una toalla en el suelo, nos sentamos los dos y me abrazó muy fuerte. Me dijo en el oído que me quería y sacó una cajita de su bolsillo.
-Espero que te guste.
-Me encanta, es precioso, muchísimas gracias, de verdad (era un anillo de plata con un diamante pequeñito en el medio de color rosa).
Le di un beso y él me cogió de la mano y me dijo:
-Mira este amanecer conmigo, así te acordarás de mí, siempre que mires uno.
Sonreí y nos miramos, los dos nos quedamos allí un tiempo hasta que terminó.Fue perfecto, ese día se me quedará siempre guardado en un rinconcito de mi corazón.
3 comentarios:
Que bonito, Carla!
Que bonito,que inspirada que estas carleta! Jaja:)
¡Una puesta de sol bien romántica! ¡Y bien escrita!
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