Ya llegó el tan dia esperado, era un dia de diciembre, espectacular un día precioso perfecto para mi rutina de cada año ir a mi pequeña heredad de Florencia a buscar me preciado puerco, este año tenia mas ganas que nunca, ya que el cerdo de este año era gigantesco un cerdo enorme, que como de costumbre lo mataría y lo salaria. Mi esposa no se encuentra muy bien así que iré yo solo a Florencia a buscar mi puerco. Por sorpresa me encontré a Bruno y Buffalmaco con mi vecino el cura. Les llamé y les enseñe esa preciosidad de bestia tan grande casi como un león.
Ellos me propusieron que lo vendiera, que ganaríamos mucho dinero, yo no estaba de acuerdo con eso porque mi mujer no se creería ninguna de las excusas que le digiera además se enfadaría tanto que me echaría de casa.
Se me paso por la cabeza invitarles a cenar para parecer educado pero en verdad esos dos me dan mucha mala espina no me gustan nada, ellos se negaron se mostraron un poco desagradecidos pero no me molesto que hagan lo que les parezca.
Cene y me fui a dormir con la alegría que el puerco era uno de los mejores que había matado.
Me desperté y cuando fui a ver como estaba el puerco, me sorprendí, mi precioso y gigante puerco ya no estaba ahí! me lo habían robado!, comencé a gritar y a llorar. De repente vi. a Buffalmaco y a Bruno y les llame para contárselo, pero ellos no me creían , en cambio creía que era una exageración para poder vender el cerdo y engañar a mi mujer y a ellos. Pero eso no era cierto y al final me creyeron y buscamos una solución para poder encontrar mi preciado puerco, así que decidimos reunir todos los vecinos para intentar descubrir quien era el culpable.
Yo estaba ansioso para saber quien era el ladrón de mi preciado puerco y llego la hora de la reunión.
recitó unas palabras para explicar que había pasado y explicó de que manera se vería quien era el ladrón.
Explicó que todo el mundo se comería una píldora y quien la escupiera seria el culpable del hurto.
Me metí en la boca esa píldora pero de repente sentí un sabor horrible muy amargo y la escupí, me extrañe un poco porque parecía el mismo sabor que el aloe, pero me dieron otra pero sentí el mismo sabor y la volví a escupir, la gente me miro sorprendida y me culparon ami del hurto. Dijeron que todo era una farsa para poder vender el puerco y llevarme todo el dinero sin que nadie sepa nada la gente comenzó a mirarme mal yo no entendía nada estaba desolado y además Buffalmaco y Bruno me amenazaron en contraríelo ami mujer, yo que no quería mas problemas les di lo que querían y me fui triste para mi casa, sin cerdo y quedando como un mentiroso estafador.
1 comentario:
Marc, repasa la ortografía y los signos de puntuación.
Publicar un comentario