El principito
La historia es narrada por el Aviador, un
adulto a quien le es difícil entenderse con sus contemporáneos. En un vuelo
solitario, su avión sufre un desperfecto y aterriza de emergencia en el
desierto del Sahara. Ahí tiene lugar su encuentro con el Principito, un niño
que viene de otro planeta, tan pequeño que sólo tiene tres volcanes, baobabs
enanos y una flor. El Principito le pide al aviador que le dibuje un cordero
para llevarlo a su mundo. Tras hacerse amigo del Aviador, le cuenta cómo era de
solitaria y melancólica su vida hasta la llegada de la Flor, una flor muy
hermosa que ama al Principito pero a quien le es difícil expresarse con
sinceridad. Debido a sus dudas sobre el amor de la flor, el Principito abandona
su asteroide y recorre diversos mundos, habitados por curiosos personajes como
el rey, el vanidoso, el bebedor, el farolero y el geógrafo. Llega por fin a la
Tierra, donde conoce a la serpiente y al zorro, con quien llega a establecer un
vínculo muy especial y de quien aprende que “sólo se ve bien con el corazón, lo
esencial es invisible a los ojos”. Al fin, el Principito regresa al desierto
del Sahara, el lugar en el cual descendió a la Tierra, para hacerse amigo del Aviador
y contarle sus peripecias. Cuando el Aviador logra reparar su avión, el
Principito es mordido por la serpiente, pues ésta es la única manera que tiene
de volver a su planeta, para cuidar a su flor. El Aviador descubre que si bien
el Principito ha logrado llevarse consigo el dibujo del cordero, no se ha
llevado un bozal para amarrarlo. De modo que se queda con la duda de si el
cordero pueda o no comerse a la flor. Por último, invoca a quienes lean el
libro a avisarle en caso de que el Principito vuelva a la Tierra.
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