
Era un sábado, cuando yo estaba de vacaciones, me desperté temprano, no tenia sueño. Fui a la playa a descansar en la arena, unas pequeñas palmeras a lo lejos y otras más grandes delante. Me tumbé en la arena mirando el amanecer. Mientras miraba el sol, me dormí, una pequeña brisa de viento me pasó por los pies y me desperté rápidamente, con mucho frío.
Me fui a pasear y de golpe vi a una persona caminando hacia mí, era una muy amiga mía que no veía desde hacía más de 2 años. La abracé con mucha fuerza y le pregunté qué hacía aquí, estuvimos hablando toda la tarde hasta que nos sentamos en una pequeña montaña al lado de unas palmeras. Hablamos y hablamos hasta que llegó la puesta de sol tan bonita, con el sol bien reluciente y naranja dando una espléndida luz al mar. Yo y mi amiga nos quedamos allí mirando hasta que anocheció.
1 comentario:
Isabel, buena redacción.
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