es como la siempreviva
paga su precio
a la existencia
en términos de asperidad.
Entre las piedras y el fuego,
frente a la tempestad,
o en medio de la sequía,
por sobre las banderas
del odio necesario
y el hermosísimo empuje
de la cólera,
la flor de mi poesía busca siempre
el aire,
el humus,
la savia,
el sol,
de la ternura.
Este poema nos ha llamado mucho la atención. Nos ha gutado cómo el autor compara elementos naturales y elementos abstractos. También nos ha gustado esos tecnicismos que desconocíamos como, por ejemplo, la cólera y el humus, y, otras palabras que son muy conocidas pero nos han parecido muy bonitas, como la ternura.
Lo que más nos ha sorprendido ha sido la musicalidad del poema que le ha dado el autor cuando empleó versos pequeños que crecían y disminuían a lo largo del poema; y esas palabras importantes que dejó solas formando con cada una un verso.
Lo que más nos ha sorprendido ha sido la musicalidad del poema que le ha dado el autor cuando empleó versos pequeños que crecían y disminuían a lo largo del poema; y esas palabras importantes que dejó solas formando con cada una un verso.

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