
Jasón era un Rey griego, alto, moreno, de complexión fuerte, muy querido por sus súbditos, debido a su carácter extrovertido y simpático.
Jasón reinaba en la ciudad de Delfos.
Delfos era una pequeña ciudad situada a 165 Km. de Atenas, Delfos era una ciudad casi inaccesible, ubicada en una meseta en la ladera meridional del monte Parnaso.
Jasón a sus treinta años aún seguía soltero.
El consejero de palacio le sugirió que debería casarse para tener descendencia y así su familia no perdería el trono de Delfos.
Jasón envió a 40 de sus mejores soldados, con un busto de mármol con su imagen realizado por el escultor Policleto, uno de los mejores de la época, en busca de la princesa que quisiera ser su esposa y reina de Delfos.
Después de varios meses de espera, ya habían llegado 39 de los cuarenta emisarios y todos con respuesta negativa.
Cuando ya habían perdido la esperanza, llegó el último soldado llamado Jaumófoles, que tenía buenas noticias. La hija del rey de Pidna, llamada Julieta, estaba soltera y dispuesta a casarse con Jasón.
Jasón y una gran escolta, cargada de presentes para su futura esposa, partieron hacia Pidna, para traerla consigo a Delfos.
No fue un camino fácil, el primer tropiezo fue derrotar a las tropas de Piticlín que querían impedir la boda y arrebatarle el trono.
Jaumofóles fue nombrado capitán de la expedición y junto con sus soldados y la ayuda de una poción mágica que les multiplicaba la fuerza vencieron a las tropas de Piticlín.
Cuando ya estaban a pocos días de llegar a Pidna, el puente de un río había caído y no les permitía pasar con los carruajes de presentes.
Jaumófoles tuvo la idea de construir un artefacto volador que permitió pasar al otro lado del río para poder reconstruir el puente.
Cuando llegaron a Pidna fueron recibidos por todos, el rey y su hija en medio de una gran fiesta.
Jasón había cumplido su sueño de poder casarse y tener mucha descendencia y el rey de Pidna también estaba satisfecho por tener a una de sus hijas casadas con uno de los reyes más famoso de Grecia.
Para recordar el evento y que nadie pudiera reclamar el trono a los futuros hijos de Jasón y Julieta el pintor de la corte Apolodoro creó un lienzo en un tejido mágico que fue custodiado por las tropas de Jaumófoles en un lugar secreto.
Jasón reinaba en la ciudad de Delfos.
Delfos era una pequeña ciudad situada a 165 Km. de Atenas, Delfos era una ciudad casi inaccesible, ubicada en una meseta en la ladera meridional del monte Parnaso.
Jasón a sus treinta años aún seguía soltero.
El consejero de palacio le sugirió que debería casarse para tener descendencia y así su familia no perdería el trono de Delfos.
Jasón envió a 40 de sus mejores soldados, con un busto de mármol con su imagen realizado por el escultor Policleto, uno de los mejores de la época, en busca de la princesa que quisiera ser su esposa y reina de Delfos.
Después de varios meses de espera, ya habían llegado 39 de los cuarenta emisarios y todos con respuesta negativa.
Cuando ya habían perdido la esperanza, llegó el último soldado llamado Jaumófoles, que tenía buenas noticias. La hija del rey de Pidna, llamada Julieta, estaba soltera y dispuesta a casarse con Jasón.
Jasón y una gran escolta, cargada de presentes para su futura esposa, partieron hacia Pidna, para traerla consigo a Delfos.
No fue un camino fácil, el primer tropiezo fue derrotar a las tropas de Piticlín que querían impedir la boda y arrebatarle el trono.
Jaumofóles fue nombrado capitán de la expedición y junto con sus soldados y la ayuda de una poción mágica que les multiplicaba la fuerza vencieron a las tropas de Piticlín.
Cuando ya estaban a pocos días de llegar a Pidna, el puente de un río había caído y no les permitía pasar con los carruajes de presentes.
Jaumófoles tuvo la idea de construir un artefacto volador que permitió pasar al otro lado del río para poder reconstruir el puente.
Cuando llegaron a Pidna fueron recibidos por todos, el rey y su hija en medio de una gran fiesta.
Jasón había cumplido su sueño de poder casarse y tener mucha descendencia y el rey de Pidna también estaba satisfecho por tener a una de sus hijas casadas con uno de los reyes más famoso de Grecia.
Para recordar el evento y que nadie pudiera reclamar el trono a los futuros hijos de Jasón y Julieta el pintor de la corte Apolodoro creó un lienzo en un tejido mágico que fue custodiado por las tropas de Jaumófoles en un lugar secreto.
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