HERBAL:
Cuando Manila me dijo que entrara, le dije entre dientes: el dolor fantasmal. Ella no me entendió. Entró, yo entré poco tiempo después, o mucho tiempo, no soy muy bueno calculando el tiempos sin reloj. Cuando entré, Maria da Visitaçao estaba subiendo al segundo piso con un cliente. Media hora después empecé a escuchar gritos, subió Manila a ver qué pasaba y bajó Maria da Visitaçao llorando y con un golpe en el brazo, yo le pregunté qué le pasaba, ella no paraba de llorar, la intenté calmar pero no hubo forma, cuando por fin se calmó me lo explicó todo. Me dijo que era la primera vez que le pasaba algo así.
Manila bajó del segundo piso muy enfadada, gritándole al cliente, y el cliente también gritando que ya no iba a volver más por ahí y Manila le dijo también gritando que tenía razón, que ya no iba a volver porque tenía prohibida la entrada. Manila se acercó a nosotros, yo estaba intentando calmar a Maria da Visitaçao. Cuando Manila ya estaba a nuestro lado, se calmó y nos explicó lo que había pasado. El cliente la había pegado, sin más, y no sabía el motivo por que lo había hecho, Manila le dijo que se fuera a casa durante unos días para descansar y que se le pasase el susto. Ella le dijo que ese club era como su casa.
Yo le pregunte si le gustaría salir del local durante unos días, si le gustaría visitar el pueblo donde estaba desde hacia tiempo y que jamás había podido visitar y, si le gustaría volver donde nació, durante unos días. Ella miró Manila que le dijo: Vete.
Yo y Maria Da Visitaçao salimos del local subimos a mi coche y la llevé a ver todo el pueblo, y unos días más tardes, cogimos el coche y nos pusimos rumbo al pueblo de donde era procedente Maria da Visitaçao. El viaje fue maravilloso.
FIN
Yo y Maria Da Visitaçao salimos del local subimos a mi coche y la llevé a ver todo el pueblo, y unos días más tardes, cogimos el coche y nos pusimos rumbo al pueblo de donde era procedente Maria da Visitaçao. El viaje fue maravilloso.
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