
Después de estar en España un año, cuando la guerra en Tudzbestán, Néstor decidió volver a Tudzbestán, para ver a Milo, cómo estaba y comprobar si estaba vivo. Cogió un helicóptero y se fue solo. Cuando llegó allí, estaba perdido, todo había cambiado mucho, ya no estaba destrozado por la guerra, sino más nuevo, habían construido casas nuevas, tiendas nuevas, la gente tenía más dinero ahora.
No encontraba a nadie que hablara español, ni inglés, ni ningún idioma que él conociera. Estaba solo, allí en una esquina vio un grupo de niños jugando, se acercó para comprobar si estaba Milo, pero no, lo buscó durante toda la mañana, pero no hubo suerte, la suerte llegó después de comer, a la tarde. Néstor iba andando por la ciudad, comiéndose su bocadillo que se había traído de casa, cuando vio a un niño que lo miraba fijamente, el niño se acercó a Néstor y le dio la mano, le dijo con su español no muy bien hablado que era Milo. Néstor emocionado que estaba, le dio un abrazo. Pasaron el día juntos, hablaron de que había pasado, de cómo iban las cosas ahora, de cómo estaba él, como estaba su familia… Se les pasó el día volando. Néstor tenia pensado quedarse allí una o dos noches, al final se quedó una semana. Ya que estaba en Tudzbestán, hizo fotos, y entrevistó a gente, para el periódico. Hizo un buen trabajo. Al llegar a España, lo presentó al jefe, y le dio la enhorabuena por ese trabajo y por volver allí. Néstor iría a Tudzbestán cada año, a visitar a su Milo.
1 comentario:
Muy bien, Blanca, muy buena entrada.
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