Marisa, después de volver de la estación y del hotel donde pasaron aquella noche tan maravillosa ella y Daniel Da Barca y él se fue, ella era feliz, pero no quería perderle, no era exactamente esta vida la que quería ella, le gustaría pasar más y más tiempo con él, no estaba solo enamorada de él, le quería, le amaba con todo su corazón, él era su todo, era su vida. al poder pasar tan poco tiempo con el, ella quería aún más tiempo, era como lo prohibido que no se puede tener, y por eso le apetecía tenerlo aún más.
Al pasar un par de semanas de repente sintió que no se encontraba bien, que le pasaba algo raro, algo que no había sentido nunca en su vida. Por la noche se encontraba tan mal que tuvieron que ir a buscar al médico, que le dijo que dentro de ella tenía dos corazones, sí, estaba embarazada, que iba a dar a la luz en un tiempo. Estaba muy feliz Marisa, porque eso era algo que había podido regalarle su querido Daniel. Alguien que podrá hacerle feliz, alguien que podrá regalarle el amor y la felicidad que le daba Da Barca.
Al cabo de ocho mese había nacido un niño precioso, que era tan guapo como el sol, la luna y las estrellas. Marisa le llamó "Daniel".
Al pasar un tiempo ella conoció a un hombre joven, guapo, que le quería mucho, que se preocupaba por ella, que quería ser el padre para su hijo.
Ella era muy feliz, lo único que la entristecía era que ella echaba mucho de menos al Daniel Da Barca. y que él murió sin saber que tenía un hijo tan maravilloso.
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