Maria da Visitação estaba tumbada en su cuarto del prostíbulo. La habitación estaba desordenada a causa de las largas horas de trabajo. En medio de la sala había una cama redonda con un largo surtido de instrumentos sexuales. Maria se tumbó en la cama. Estaba pensando en ese lápiz de carpintero rojo que Herbal le había regalado esa misma mañana. Después de un largo pensar, decidió coger el lápiz. Estuvo jugando con él, hasta que se lo enfundó en la oreja. En ese momento el pintor, que se hallaba en el lápiz, le dijo: -“Hola Maria, soy el pintor cuya vida fue arrebatada por Herbal. Mi alma esta ligada a este lápiz”.
Maria da Visitação se quedó sorprendida ante esa extraña situación, pero no tardó en responder. Al cabo de horas y horas hablando, el pintor consiguió meter en la cabeza de la prostituta mucha información, dudas y ganas de aprender sobre la cultura y el arte.
Esa noche y las del resto de su vida, Maria da Visitação se durmió con el incansable susurro del pintor en su oído:
Solidão, incidental
Queria alijar-me ao mar
Ao tê-la, senti-la!
Estavas aquém de mim.
Hoje sinto sua alquimia
Como bisturi refazendo
Minh ’alma e carne
Agora somos íntimas
Descobrimo-nos
Somos comadres incisivas
Assim como a limalha, netúnio
Autossuficientes, fleumáticas.
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