Herbal, al ver a Muerte que se acostaba, se fue corriendo
hacia dentro dónde estaba María da Visitaçao a una habitación y se encerró.
María, al ver todo ese alboroto, subió arriba para ver qué le pasaba a Herbal.
Le oía hablar solo, pero en verdad hablaba con el pintor, que no paraba de
decirle que se fuese con Muerte. De repente, María, oye abajo unos golpes muy
fuertes a la puerta y escuchó: “Dónde está la puta de Vida?” Herbal, abrió la
puerta e hizo que María entrase dentro de la habitación. Cuando Muerte ya entró
dentro del bar, ellos dos se tiraron des del primer piso al suelo y se fueron
corriendo. María, dijo: “¡Me he dejado el lápiz dentro!”. Herbal, contestó que
se fuese corriendo, que esto era asunto entre la “Muerte” y él, y que se
esperase delante de la prisión que le devolvería el lápiz.
Herbal, se entró en el bar para coger el lápiz que estaba en el vestíbulo. Muerte en aquel momento
vio a Herbal que venía e hizo como si subiera las escaleras pero en verdad se
quedó abajo. Herbal, convencido de que Muerte no le había visto, corrió a buscar
el lápiz pero Muerte se tiró encima de Herbal, y murieron los dos al acto.
María da Visitaçao, tres horas después aún se seguía esperando delante de la
prisión. Al ver que no venía nadie, se decidió a ir a buscar a Herbal. Al
llegar, vio los dos cadáveres en el suelo, y empezó a llorar. Cogió el lápiz
y se fue directamente a avisar a la policía de manera anónima para que no se
pensasen que había sido ella la asesina. El lápiz después se lo regaló a su
peor enemigo, Jack Lawins, pensándose que traía mala suerte.
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