Manila, fue hacia Herbal un tanto extrañada por lo
que le había escuchado decir a este sobre un dolor fantasma.
Ella le cogió de un brazo y le acompañaba al local
mientras le miraba con tristeza, no sabía muy bien por qué pero sabía que Herbal
había vivido una infancia dura y que a lo largo de su vida no le habían pasado
muchas cosas buenas.
Herbal y Manila se querían mucho pero nunca se lo habían
dicho. Herbal creía que no podía hacerla feliz, que no le podría aportar nada
bueno a Manila pero ella también estaba enamorada de él pero no quería correr
el riesgo de que la abandonaran de nuevo, tenía miedo de enamorarse por el daño
que había sufrido anteriormente.
Ambos se quedaron mirando uno frente al otro antes
de entrar, y no hacía falta decir que se querían, se veía en los ojos a los dos
les brillaban con fuerza cuando se miraban, Herbal quiso decirle cuanto la quería
y se limitó a besarla, una vez más.
Pero cuando se separaron y Manila comenzó a andar el
la cogió de la mano y la volvió a traer hacia él, la acerco a su pecho y la
abrazó como nunca y le dijo susurrando al oído te quiero.
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