2017 Las bicicletas son para el verano

2017 Presente, pasado y futuro

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2017 Naturalezas muertas

lunes, 26 de diciembre de 2011

DE LO MALO HAY ALGO BUENO


Fui a buscar a Natalia a su casa, para irnos a la playa, era por la tarde y hacía algo de frío pero no obstante salimos.
Llegamos al puerto y vimos una pastelería y compramos unos croissants y nos los comimos de cara a la playa. Cuando llegamos a la playa nos sentamos y empezamos a ver el mar, las olas rompiendo en las rocas, aun hacía sol pero quedaba poco tiempo para que se puniese por detrás del mar y al poco tiempo le dije:
-Tengo una noticia buena y otra mala.
Y ella me contestó:
-¿Qué pasa?
-Primero te diré la mala, tengo que marcharme a Estados Unidos durante seis meses.
-Pero ¿por qué  en estos momentos?.
-No tengo elección, pero solo serán seis meses y podré venir una vez al mes.
-¿Y no puedo ir contigo?
-No puedes, es por trabajo, lo pregunté y me dijeron que no podía ser, que no hay presupuesto.
-Bueno, no pasa nada si solo son seis meses, ¿pero cuándo te vas?
-En unos dos o tres días.
-¿Y la Buena noticia?
-Natalia, ¿quieres ser mi esposa hasta que la muerte nos separe?, en pocas palabras, ¿quieres casarte conmigo?
No habló, se quedó perpleja sin saber qué decir y al poco tiempo me besó y me dijo:
-Sí, quiero ser tu esposa hasta que la muerte nos separe.
Entonces yo hice mi viaje de negocios a EE.UU y al volver nos casamos, ahora tenemos dos hijos: Rosa y Riki, y nos va todo muy bien.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Atardecer

En toda mi vida he visto todo tipo de atardeceres, de todos los colores imaginables, en todos los lugares posibles, y desde muchos ángulos diferentes. Puede ser que este es mi atardecer favorito. ¿Por qué? No lo sé, me gusta porque me transmite paz y tranquilidad. La foto tiene los tonos perfectos, tiene verde azul, morado, naranja,...Todo esta perfectamente combinando creando una imagen perfecta, tranquila, pero con mucha energía también.
Las nubes de esta fotografía son perfectas haciendo esas formas pintorescas, creando un ambiente perfecto. Si tuviera oportunidad de poner una casa con estas vistas lo haría. ¿Te imaginas llegar a casa después de un largo día de trabajo sentarte en el salón y ver esto? ¿Y bajar hasta el lago y construir un embarcadero para esos días de verano salir con tu pequeña barca haciendo esquí acuático ? ¿Te imaginas salir cada día a correr por este bosque tan perfecto, y oír a los pájaros cantar por la mañana? Sería perfecto ¿verdad?
Y la terraza, la terraza! Estaría perfecta puesta en estas vistas y en verano hacer allí las barbacoas, y fiestas también? Seria lo mejor del mundo verdad? Y compartiendo momentos en el lugar perfecto, con vistas perfectas, y sobre todo con las personas perfectas. Porque sin ninguna persona con la cual compartir estas vistas no merece vivir.
En fin, pero la vida no es perfecta, porque la perfección está llena de imperfecciones. La foto también tiene fallos, todo el mundo tiene, pero tienes que intentar conseguir eso que te propones, y yo digo que quiero estas vistas. Quiero levantarme por la mañana y ver una montañas y un lago con árboles gigantes por al lado, oír a los pajaros cantar y ver el sol salir lentamente mientras me tomo mi taza de chocolate caliente, en mi sofá de color crema hecho en Italia e importado para mí para que ese sea mi momento perfecto del día, porque ver esto relaja a una persona, el relax es importante y yo necesito mi momento, mi relax, mi perfección llena de imperfecciones.
¿Por qué que sería de la vida sin los fallos de las personas, y las imperfecciones de la naturaleza?

Puesta de sol

Caterina Daiana Curutchet (2011): Puesta de  sol
Ese día era muy especial. No hacía mucho viento, pero era muy frío, y se me congelaban las lágrimas. El cielo parecía plano, y las nubes eran como si estuvieran apoyadas en un cristal. Las olas eran muy finas, pero largas. A lo lejos se veía la sutil silueta de las montañas, que cada vez se veía menos. Ese día se cumplían 7 años de la muerte de mi madre. Estábamos las cuatro, mis tres hermanas y yo, sentadas en la orilla. Aunque cada una pensara en una cosa, todas mirábamos la puesta de sol, veíamos cómo oscurecía, cómo los colores iban cambiando. Desde pequeña creí que este momento tardaría en llegar, o eso era lo que deseaba. Pero te das cuenta de que no lo superas, simplemente aprendes a vivir con eso. De repente una de nosotras dijo:
-¿Cuánto tiempo llevamos aquí sentadas?
-Buufff… Desde las seis de la tarde. Y son las ocho y media.- Dije con voz quebrada, tras tanto rato sin hablar.
-Bueno, ya podríamos ir para casa, ¿no?
-Sí, lo mejor será que nos vayamos.
Nos pusimos de pie las cuatro, y abracé a mi hermana mayor. Cuando llegamos a la calle, me sacudí la arena y me puse las chanclas. Había sido una tarde mucho más larga de lo normal, y con diferencia.

La puesta de Sol


Hola, me llamo Roberto, tengo 16 años y vivo en Perú, mido 1.80 cm, tengo el pelo rubio y rizado, y hoy me toca de hacer de niñera de mi hermano pequeño así que me fui con mi hermano pequeño a la playa, me estaba tomando un refresco en un chiringuito que estaba al lado de la playa, esa playa tan bonita, tan tranquila, con las palmeras balanceándose a ritmo de esa brisa cálida, esa agua tan cristalina y en una temperatura perfecta para darse un buen baño. Mi hermano tenía 5 años y casi no sabía nadar y quiso lanzarse al mar sin ninguna protección que le hiciera mantenerse flotando en el agua, directamente el salvavidas se lanzó al agua salvando a mi hermano. Fui corriendo hacia donde estaba mi hermano, estirado en la orilla tosiendo, con mala cara, le llevé hacia casa.
Al llegar a casa y poner a reposar a mi hermano, fui directamente a la playa otra vez a agradecerle a esa señorita por salvar a mi hermano pequeño.
-Muchas gracias, señorita.
-De nada, hombre, es mi trabajo.
-Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Natalia, ¿y tú?
-Roberto, encantado de conocerte, ¿cuántos años tienes?
-16 recién cumplidos, ¿y tú?
-16, tirando hacia 17.
-Escucha, Roberto, ¿te gustaría ir hoy a dar una vuelta por la playa y nos conocemos un poquito mas?
-Encantado, ¿a las 8 en el chiringuito?
-Entendido, entonces hasta las 8.
Me dio un beso de despedida, yo como un tonto me quedé parado contemplándola

Me fui a casa contentísimo, Natalia era guapísima, sus ojos brillaban como un diamante en bruto, su cuerpo era perfecto, su pelo negro como el carbón hacia destacar su rostro, era casi perfecta, aun no me creía que un desgraciado como yo estuviera a punto de tener esa oportunidad de poder estar cerca de ella y conversar con esa bella chica.
Me arreglé y me fui hacia la playa, ella con un vestido simple con un estampado de rosas,
-Hola, Roberto, creía que no vendrías.
-¡Cómo no voy a venir!
Natalia se puso a reír, esa sonrisa tan perfecta me impulsó a acercarme a ella y estar con ella todo el tiempo que pudiese en esa noche. En ese momento salió la puesta de sol, era increíble, esos colores rojizos, naranjas juntos y al medio el sol, esa estrella gigante y tan maravillosa que poco a poco se esfumaba en el horizonte.
Ahora mismo estoy en mi habitación pensando en esa chica, Natalia, y el tiempo que quedaba para volverla a ver.

Puesta de sol


Era un miércoles por la tarde, yo volvía hacia mi casa cuando algo me llamó la atención. Me paré y miré al horizonte, aquella puesta de sol era preciosa, al fondo podía divisar el sol, con sus tonos cálidos color fuego, y su imagen intensa y profunda, reflejada en el mar, que distorsionaba la imagen con el vaivén de las olas, me transmitía calma. Y mientras la miraba, en mi rostro se esbozó una sonrisa. Solo fue ese instante en que me paré a observarla y después emprendí otra vez mi camino hacia casa, con aquella puesta de sol que quedó grabada en mi mente.

Aquella dulce tarde de otoño.

Blanca Barrau (2011): Puesta de sol en Cambrils

Cada minuto que pasaba, las sombras de las palmeras se hacían más largas, cada minuto que pasaba, dudaba si besar o no al chico que caminaba junto a mí por el paseo de Cambrils. Su nombre era Julio, era el hombre de mi vida, con el que siempre había soñado, con el que siempre me hubiera querido casar. Pero por desgracia solo una gran amistad nos unía.
Eran las cinco y media de la tarde, la hora en que el sol se empezaba a esconder en aquellas frías tardes de otoño. Estábamos en noviembre, uno de los meses que el cielo está más bonito ya que llovía y hacía viento, el viento mueve de una forma extraña las nubes de lluvia, y forma torbellinos que se dibujan en el cielo. Esa tarde el viento había dibujado una nube alargada acompañada de pequeñas nubes redondas. El tono del color del cielo era naranja y azul, la combinación de colores perfecta para hablar con Julio y decirle lo que sentía por él, aunque todo era perfecto cuando Julio se encontraba cerca. Empecé la conversación.
- Julio, tengo algo importante que contarte.
Pareció adelantarse.
- Yo también debería decirte algo Alicia.
- Tu primero, por favor.
Nos sentamos en uno de los blancos bancos del paseo, dejó caer su mano sobre la mía lentamente, con miedo de que yo la rechazara.
- Alicia, lo que tengo que contarte no es fácil, tenemos una gran amistad que no desearía jamás que se perdiera, – sus ojos no miraban a otro sitio que no fueran los míos. – Alicia, lo que quiero decirte es que hace alrededor de dos meses, me di cuenta de que para mí no significas solo amistad, si no que algo más intenso, más profundo, más dulce, dulce como tu sonrisa y tu voz al otro lado del teléfono. Lo que quería proponerte esta tarde era que si querías probar estar juntos, si sale bien, podríamos seguir, pero si sale mal no deberías dejar la amistad, Alicia, creo que me e enamorado de ti…
- Oh, Julio, no debes tener miedo a perder la amistad, me has dejado sin palabras…
Y un largo beso dio por acabada la conversación, un dulce beso mientas las montañas tapaban los últimos rayos de sol.

Puesta de sol


Era un sábado, cuando yo estaba de vacaciones, me desperté temprano, no tenia sueño. Fui a la playa a descansar en la arena, unas pequeñas palmeras a lo lejos y otras más grandes delante. Me tumbé en la arena mirando el amanecer. Mientras miraba el sol, me dormí, una pequeña brisa de viento me pasó por los pies y me desperté rápidamente, con mucho frío.
Me fui a pasear y de golpe vi a una persona caminando hacia mí, era una muy amiga mía que no veía desde hacía más de 2 años. La abracé con mucha fuerza y le pregunté qué hacía aquí, estuvimos hablando toda la tarde hasta que nos sentamos en una pequeña montaña al lado de unas palmeras. Hablamos y hablamos hasta que llegó la puesta de sol tan bonita, con el sol bien reluciente y naranja dando una espléndida luz al mar. Yo y mi amiga nos quedamos allí mirando hasta que anocheció.

Puesta de sol

¡Adiós sol!
Pues estaba yo en el puerto, observando la boya. Una bonita y simple boya verde chillón con una vara amarilla. Pero no era buen día, no picaban, parecía que los peces estuvieran echándose la siesta en sus refugios marinos. En un momento de mi empanación, me di cuenta del bello sol que se reflejaba en el agua. Un sol grande, con unos naranjas intensos y en el borde un rojo que se mezclaba con el cielo añil. 
Levanté la cabeza para observar mejor aquel cuadro, que si te paras a pensar, cada día es de un autor diferente, cada día no es igual. De repente vi mi caña caer al agua y yo fui detrás.
-Chaval, agárrate a mi mano, venga, que está oscureciendo- me dijo un pescador, de pelo canoso y una espesa barba.
-Gra...gracias- dije entre mis esfuerzos de salir del agua.
-Tienes que tener más cuidado, algún día nadie estará para ayudarte- me dijo.
A lo tonto se había adentrado la noche y me tuve que volver a casa, todo empapado. Mientras volvía a casa me fije en la luna, todo lo contrario que el atardecer una brillante luna mezclada entre las nubes y un cielo azul oscuro, nada que ver con los colores pastel anaranjados del atardecer. 
Al día siguiente, volví al mismo sitio, pero eso si, con mi cámara de fotos y mucho cuidado.

La puesta de sol


Era un día de verano, bien temprano, me desperté, y miré por la ventana, presentía que iba a ser un día estupendo. Me vestí, cogí la bici y fui a buscar unos amigos. Fuimos a jugar a fútbol, con aquel aire cálido apenas se podía jugar, así que decidimos ir a la piscina, llegó la hora de comer y un amigo nos invitó a todos a comer en su casa, estábamos llenos, nos sentamos un rato en el sofá a ver la tele. Hacia las 4:30 o así salimos de allí, acordamos ir a dar una vuelta por el puerto, dimos una vuelta por allí, a ver el ambiente y nos paramos a comer un helado, el día había empeorado de una manera increíble, tanto que, ya tarde, a las 7:30 o por ahí empezó a llover, nos refugiamos en un portal de un bloque de pisos, esperando a que parara de llover, pasó un buen rato, pero finalmente dejó de llover, el calor se mantenía constante, dejó de llover y el sol se empezó a poner, era una imagen muy bonita, así que decidimos cruzar las piedras que separan el puerto del faro verde para ir a hasta el faro, donde la puesta de sol se veía perfectamente, fue un gran día, y ver esa imagen de la puesta de sol, fue una gran manera de terminarlo.

LA PUESTA DE SOL


LA PUESTA DE SOL
Un día de julio, un chico llamó a la puerta de una casa, la de mi casa.
Bajé corriendo para ver quién era y me vendaron los ojos con un trapo.
Y me hizo entrar a su coche.
Me llevó a un lugar donde yo oía el mar.
Me quitó la venda de los ojos y me encontré en un lugar aislado de todos los sitios, en un lugar en el que no se veía a nadie,  entonces me asusté, de repente cogió y me dijo:
- Mira enfrente.
Allí vi la puesta de sol más bonita de las que podría a ver visto en toda mi vida.
Una puesta de sol preciosa , con un cielo rosado, morado, azulado y muchos colores más.
Se veía un sol inmenso y se reflejaba sobre el mar liso y transparente.
En ese mismo instante él me rodeo el brazo por la espalda y me abrazó, entonces me susurró a la oreja:
- Está sensación que tienes al ver esta puesta de sol tan bonita, la tengo yo cada mañana cuando estás junto a mí.
Entonces me cogió un cosquilleo por la barriga, me miró y me besó.
Cuando me terminó de besar, los dos miramos a la puesta de sol y vimos que ya se estaba acabando y entonces me giré, lo miré y le dije:
- La puesta de sol se acaba pero espero que esto dure para siempre.

Puesta de sol

Era verano y estábamos en un restaurante comiendo con toda la familia, cuando íbamos por los postres mi primo decidió que después de comer podríamos ir a tomar un poco el aire. Lo hablamos entre todos y acordamos que sí. Habíamos decidido ir a ver la puesta de sol en la playa.
Acabamos de comer y nos preparamos para ir hacía la playa, iríamos andando, así de paso haríamos bajar la comida.
Llegamos en diez minutos, la playa estaba muy bonita, la arena parecía una sabana de color dorado y en el agua se reflectaba el inmenso sol que había ese día.
Como de costumbre mi tía llevaba una cámara y decidió ir tirando fotos a medida que el sol fuera descendiendo. Me pidió que la ayudara y así lo hice, mi trabajo consistía en hacer fotos desde otra perspectiva, así ella podía tener mas visión del paisaje.
Después cogimos una pelota que teníamos en el coche y nos pusimos a jugar a voleibol.
Fue una tarde muy bonita, el paisaje era de película y costaría mucho volverlo a ver pero lo mejor era que yo ese día había estado allí y lo había visto.

La puesta de sol

La puesta de sol
Era un día de invierno en el que hacía mucho viento y había una bonita puesta de sol como si fuego fuese  tan roja que parecía el mantel de un torero y también con tonalidades naranjas y amarillas que parecía un bonito arco iris de colores cálidos antes de anochecer, estaba yo junto a mi madre paseando al perro por la calle delante de mi casa. Cuando de repente oímos un ruido como de una pistola disparando una bala. Más tarde oímos gritar a una persona, parecía la voz de una chica de entre 19 y 22 años.
-¿Qué ha sido eso, mama?- Le dije yo a mi madre.
-No sé. Ha sonado como a un disparo- Me respondió ella medio asustada y preocupada.
-Tendríamos que llamar a la policía para que venga y vea qué ha pasado.
-Sí, supongo, ahora mismo llamo- Mi madre comenzó a  teclear el número de emergencias con los dedos temblándole de miedo y también quizá de frío.
Media hora más tarde vinieron 2 coche 4x4 de la policía para poder entrar en el bosque sin dificultad, y con linterna para poder ver ya que media hora después de la bonita puesta de sol se hizo oscuro.
El día siguiente vinieron sobre las 12 de la mañana a decirnos que habían encontrado el cadáver de una chica de 21 años que se llamaba Rebeca.
Estuvieron unos 4 días investigando sin parar en el bosque con helicópteros y algunas patrullas caninas, también empezaron a preguntar a los vecinos si habían visto algo.
Por fin,5 días después dieron con el asesino que resultó ser un fugitivo muy peligroso que se había escapado hacia poco de la cárcel.
Entonces yo y mi madre recordaremos ese día, como el día en que la bonita y extraordinaria puesta de sol se convirtió en una noche terrorífica con una muerte y una detención.

ATARDECER


El lunes volvía de jugar a fútbol con unos amigos cuando de repente uno dijo:
- Mirad qué atardecer más bonito.
El cielo rojo llamó mi atención, entonces otro dijo.
- A mí me gustan más los amaneceres.
El otro le respondió.
- Pero si es lo mismo. El cielo del atardecer tiene un color rojizo, mientras que el del amanecer adquiere un color mas amarillento o anaranjado- argumentó el otro.
Y así nos quedamos discutiendo mientras contemplábamos ese hermoso atardecer.

Atardecer...


Ayer cuando comenzó a amanecer me acordé de que tenía que hacer una foto para el trabajo de castellano. Mientras iba caminando por la calle me encontré con una amiga, Naomi, me dijo:
-¿Has visto qué bonito atardecer?
-Sí, es precioso, no llevo el móvil, ¿me dejas el tuyo para hacer una foto?
-¿Una foto, para qué?
-Tengo que hacer un trabajo de castellano.
-Ten, toma.
-Gracias
Hice la foto mientras contemplaba un atardecer muy rojizo, que caracterizaba las salidas del instituto en esta semana.

La puesta de sol


Estábamos cuatros amigos en la playa, hacia muy buen tiempo y decidimos que primero nos bañaríamos y más tarde iríamos al faro. El mar estaba tranquilo, y nosotros muy bien, mirándolo.
Cuando acabamos de bañarnos Marc dijo:
- Ya que vamos al faro, nos podríamos quedar a ver la puesta de sol.
Entre todos decidimos quedarnos, pero Alex dijo:
- ¿Y qué haremos mientras?
Yo le respondí que podríamos ir algún lugar a comer un poco. Fuimos a una pastelería y a la heladería Sirvent a comprar helados. Nos sentamos en un banco a comer, cuando me empezó un dolor de barriga muy fuerte. Mis amigos me acompañaron a mi casa, pero no estaban mis padres y mis amigos no sabían qué hacer, les dije que me dolía mucho. Seguidamente les dije:
- Hace tres días me pasó lo mismo y tuve que ir al hospital.
Así que decidieron llevarme al hospital. Una vez allí, Alex llamó a mis padres para decirles lo que me había pasado. Ellos vinieron rápidamente al hospital. Mis padres dieron las gracias a mis amigos por llamarles y por ayudarme.
Ahora solo eran tres y volvieron al faro para ver la puesta de sol. Yo estaba muy ilusionado en disfrutar un momento precioso pero no pudo ser. Aún quedaba un poco de luz, miré por la ventana y lo que vi fue precioso, me había quedado sin palabras de lo maravilloso que era. Ese color me gustó mucho, me transmitió paz y tranquilidad.

Solo quedamos tú, yo y nosotros.


El viento me golpea la cara y el pelo me nubla la vista. Estoy en la playa sentada en la arena observando cómo las olas empujan todo hacia mí, y después se lo llevan sin apenas reparo. Eso me hace sentir insignificante, pero allá, a lo lejos, unos tonos rojizos y anaranjados, protagonizan una de las más bellas escenas que te puedas imaginar. Una puesta de sol que pinta el cielo de tonos violetas y naranjas me hace olvidar lo que sería no uno de mis mejores días, seamos francos, el peor día que jamás he pasado y posiblemente pasaré. El intenso frío de una tarde de invierno se me cala por los huesos y la única chaqueta que llevo, no es capaz de protegerme del mundo a mí alrededor. El viento cada vez es más intenso y el sol va desapareciendo en el horizonte, detrás del mar, y, es en este momento, cuando siento su aliento en la nuca. Aquí esta él, para protegerme del mundo frío de mí alrededor, del que yo sola no puedo.
Luke estaba conmigo, en casa, cuando cogí el teléfono y me dieron la noticia que cambió mi vida. Luke estaba allí cuando salí corriendo sin decir a dónde ni por qué, porque no podía soportar que me viera de esa manera, justo después de que me dieran la noticia que cambiaría mi vida para siempre. Aunque de todos modos sabía que acabaría encontrándome, como siempre, sin importarle el motivo de mí marcha.
Y aquí estamos, en los últimos instantes de la puesta de sol. Él me abraza tan fuerte que casi me quedo sin respiración, pero no me importa. Lo único que quiero es llorar y que todo vuelva a la normalidad, aunque sé que eso no es posible, y por eso, entre sollozos le suplico a la única persona que me queda:
- Nunca me dejes, Luke. Nunca me dejes.
- Tranquila, nunca lo haré –me prometió observando como el último rayo de luz se apagaba.

LA PUESTA DEL SOL


Hoy todo el día tengo ganas de ir a la playa, no sé el porqué, a lo mejor es porque hace unos días que estoy enfadada con mi amiga Laura y necesito reflexionar.
De camino a la playa me encuentro con Laura, me pregunta dónde voy y le digo que  a la playa. Nos quedamos mirando unos instantes y de repente Laura me abraza, me dice: lo siento, Carlota, no quería enfadarme contigo, ha sido todo una tontería. Yo le digo: si quiere venir conmigo a la playa, y nos vamos juntas... Cuando llegamos, corríamos sin parar de reír, fuimos rápidamente a tocar el agua, pero estaba congelada; así que decidimos tumbarnos en la toalla. Eran alrededor de las 8 de la tarde y empezaba a anochecer, La brisa era agradable, no hacía calor ni frío. Laura me dice: ¡¡¡Carlotaa!!! Mira el cielo, qué puesta de sol más bonita. Era increíble, estaba brillando y se veía el reflejo en el mar, era un momento en que la luz va desapareciendo y se transforman los colores del cielo en miles de violetas y rojizos tonos.
En aquel momento me sentía feliz, relajada al lado de mi amiga Laura me miró fijamente y me dijo que no se volvería a enfadar conmigo.

Puesta de sol!


Eran las cinco de la tarde, estaba con Gabriela, Carmen y Esteban. Decidimos ir al puerto así que cogimos el coche y fuimos hacia allí. No tardamos casi nada en llegar, aparcamos el coche cerca de la playa y fuimos caminando hacia el puerto.
-Bueno, ya estamos aquí! –dijo Esteban.
-Sí, podemos ir a tomar algo y luego dar una vuelta- dijo muy emocionada Gabriela.
- Sí, vamos! – contesté.
Fuimos a una heladería que estaba cerca ,hacía muchísima calor, de hecho la playa estaba llena al llegar, pero ya se estaba haciendo tarde y la gente se marchaba.
Gabriela y Esteban decidieron quedarse más rato en el bar, ya que no tenían ganas de caminar, pero yo y Carmen teníamos ganas de dar una vuelta por la playa. Por lo tanto, decidimos ir nosotras dos y ellos se quedaron allí.
-¡Qué buen tiempo hace hoy!, ¿verdad? –me dijo Carmen.
-Si, y se está acabando el verano ya... ¡ la verdad es que no quiero!
-Pues sí, pero es lo que hay, ¡no hay más remedio!
Nos sentamos en un banco y mientras nos estábamos riendo y hablando de repente miré hacia el cielo. Era tan bonito, no era como cada día ... ¡era mucho más bonita la puesta de sol ese día!
-¡Mira el cielo, Carmen!
- ¡Está precioso! ¡Jamás lo había visto así !
-Me encantaría que este día no se acabara nunca, que todos los días sean así, el color del cielo, la brisa, la calor... ¡que todos los días sean tan bonitos como hoy!

Puesta de Sol

Era un domingo, de invierno, estaba oscureciendo y hacía mucho frío y el sol estaba yéndose.
Estaba en mi casa preparando un bocadillo para merendar, y de pronto aparece mi amigo Joaquín, no era un amigo cualquiera, era el chico que me gustaba.
-¿Hola, qué haces aquí?
-Pues, mira, pasaba para verte…
-(Me sonrojé) ¿Te apetece un bocadillo?
-Si me lo haces, no te lo voy a rechazar.
Mientras nos comíamos los bocadillos, fuimos un rato a pasear por la playa, se veía la puesta de sol muy bonita, con unos colores rojizos que se reflejaban en su mirada.  Nos miramos fijamente y estaba dispuesta a besarle pero me dio un poco de vergüenza y me aparté, no sé por qué lo hice pero me aparté, cuando llevábamos un rato sin hablar él rompió el silencio …
-¡Qué bonita puesta de sol!, ¿no te parece?
- SÍ…(contesté con vergüenza y sonrojada)
- pero no tanto como tú…
En ese momento me entraron ganas de abrazarlo, besarlo, sentirlo en mi…, me dejó sin palabras. Estaba completamente enamorada.
Finalmente él me cogió del brazo,  y se lanzó, me dio un bonito beso a la luz de la puesta de sol, fue algo increíble e inolvidable, fue mi primer beso, un beso que nunca en la vida se me olvidará.
Ahora estamos juntos y soy muy feliz a su lado y nadie ni nada nos separara. 

Puesta de Sol


Acabo de salir de clase, estoy subido en el coche camino de mi casa.He quedado con unos amigos para ir a jugar a fútbol a la playa, que hace buen tiempo.Ya he llegado a casa. Ahora llamaré a un amigo para asegurarme de la hora en la que quedamos. Hemos quedado a las 6:30 h.
Son las 6 h me dirijo para la playa en bici, ya he llegado. ¡Ya los veo! Ya estaban jugando ellos cuando de repente me quiero acercar a ellos y un rayo de sol brillante me lo impide, mi corazón comienza a ir cada vez mas rápido, es muy bonito, de repente una lágrima se me cae deslizándose por mi cara, es tan bonito que me he emocionado.He estado 20 minutos mirando el horizonte sin hacer casos de los gritos de mis amigos. Una vez que ha acabado la puesta de sol mis amigos vienen y me dicen: ¿Qué te pasa? Y yo contesté: -Soy feliz.

Puesta de sol-

Hoy han venido mis primos de Barcelona a vernos. Mi prima Amanda y yo hemos decidido ir a la playa a ver la puesta de sol. Hemos ido andando hasta el faro rojo donde llegan todos los barcos de la pesca. Allí hemos estado una media hora hasta que ha empezado a amanecer. El amanecer era ya bastante oscuro y empezaban a llegar los barcos costeros. De golpe escuchamos unos ladridos de entre las rocas. Fuimos hasta donde se escuchaba más fuerte y de golpe vimos a un perro muy asustado entre las rocas. Yo intenté bajar y de golpe me quedé colgando y si me soltaba caía al agua. Mi prima fue a buscar rápidamente a un pescador que le dejara una cuerda y nos ayudara para que yo no cayera y yo empecé a gritar:
-        - ¡Ayuda, por favor! voy a caer.
-   - María, aguanta –gritaba Amanda.
De repente llegaron con una cuerda y me la lanzaron. Yo me cogí, me solté de donde estaba cogida y cuando conseguí ponerme encima de una roca fui a por el perro que estaba atascado en las rocas. Lo cogí y nos subieron con la cuerda.
Nos fuimos para casa con el perrito, invitamos a cenar al pescador por habernos ayuda. Entonces llegamos a casa t le pregunté a mi padre si nos podíamos quedar el perro, mi padre me respondió que sí. Me quedé el perro y se acabó.

La puesta de sol.

La brisa del mar era agradable, no hacía frío ni calor. 
Me encontraba sola, era la segunda noche consecutiva que decidía ir a aquella playa a reflexionar, no había pasado por casa, ni pensaba hacerlo, al menos ahora que las cosas estaban así, había discutido con Margaret, la única persona que tras la muerte de mis padres, me había tratado como a una hija. Y sabía que ahora mismo ella estaba sufriendo por mi causa, y de verdad, que no quería defraudarla más, no se lo merecía después de todo lo que había hecho por mí durante este tiempo, pero me encontraba sin fuerzas para enfrentarme a nadie más aquel día, ya había gastado todas mis fuerzas discutiendo con todo aquel que se me había puesto por delante aquella tarde y sabía que no sería capaz de aguantar ni una sola palabra más alta que la otra, al menos por un tiempo.
El sol se escondía. Ya sólo podía ver una pequeña línea detrás del horizonte.La puesta de sol era preciosa, la más bonita que había visto nunca, aunque pensándolo bien…nunca antes me había puesto a observarla, ahora me daba cuenta de lo preciosa que era la vida, y que cosas como el amanecer, la puesta de sol, la hacía aún más increíble, si es que eso era posible, pero después de todo lo que había ocurrido, ni siquiera eso me hacía sonreír. El césped comenzaba a estar húmedo y la luna no tardaría en dar la cara, en un par de horas, no mucho más. Miré el pequeño prado donde me encontraba, y así, sin mediar ni una sola palabra, solo un último pensamiento que me llevaría conmigo a la tumba, decidí finalizar con mi existencia y arrojarme al mar.

Puesta de Sol
















El verano pasado fui a pasar las vacaciones a Granada Castillejar con mi familia, cada tarde iba al lago o a la piscina porque hacía mucho calor. Cuando llegaba al lago siempre iba primero a la ducha y luego me metía en el agua porque si no te congelabas porque estaba muy fría. Me llevé la cámara de fotos para luego tener un recuerdo. A la hora de merendar, el sol se estaba escondiendo y me gustó la manera como estaba el cielo porque de tantas veces que fui al lago nunca lo había visto así. Cuando acabemos de merendar nos volvimos a metes dentro del agua, una de mis dos primas gemelas sí que se quería meter en el agua pero la otra no porque decía que estaba muy fría, cuando pasó un rato se metió con su madre pero no se separaba de la orilla del lago porque conforme ibas más adentro del lago era más honda. En el medio del lago hay una fuente, mi hermano y mi tío hicieron una carrera a ver quién llegaba a la fuente primero. Mi madrina, mis primas y yo estábamos sentadas en la orilla mirando quién iba ganando. El primero que llegó fue mi tío y luego llegó mi hermano. Cuando volvieron a la orilla ya nos salimos fuera al césped nos secamos y nos fuimos a la cueva a ducharnos, vestirnos y a dar una vuelta por el pueblo ya que era la feria de Castillejar.

Puesta de sol


Aquella tarde, sobre las 5, salí de mi casa en dirección Barcelona, estaba durmiendo en el coche hasta que en mis sueños vi una luz blanca, una luz que alumbraba pero que no molestaba, era suave, intenso, abrí los ojos poco a poco, y fui observando aquella puesta de sol, tuve la suerte de que llevaba una cámara en el coche.
- Papa, para el coche, necesito la cámara de fotografiar- le dije a mi padre.
Él me contestó:
-Espérate 2 minutos que pararemos en una gasolinera.
Me esperé, paramos y luego desde el coche pude observar esa cálida puesta de sol, parecía que dios iba a bajar del cielo por ese hueco, era como si dejara un pasillo para que pasara alguien, o alguna o otra cosa. Lo que yo me preguntaba era si esas nubes de colores podrían aguantar el peso de una persona, porque lo más bonito que podría haber, sería poder estar ahí encima, viendo el mundo, tocando el cielo, y que el viento te diera un paseo por el mundo. Esos colores, ese viento, todo junto me hacía que mirara y no sacara los ojos de ahí, durante todo el viaje pude observar, y fotografiar cómo el viento se llevaba las nubes,  cómo  los colores cambian de color o desaparecían poco a poco.

martes, 20 de diciembre de 2011

Puesta de sol

Es diciembre. Se acerca el invierno, empiezan a bajar las temperaturas, el frío ha tardado en llegar. Están a punto de empezar  nuestras vacaciones de navidad. Por desgracia en  esta época oscurece muy pronto. No me gusta nada que oscurezca tan pronto pero así puedo disfrutar del atardecer y de los colores cálidos del cielo. Salgo del instituto a las cinco y media.
La mayoría de las tardes el cielo parece un cuadro, teñido de rosa. A veces incluso hay una mezcla de colores: naranja, amarillo, gris, lila etc. que el viento se encarga de darle un aspecto espectacular.
A mi amiga ti a mí nos gusta volver todas las tardes paseando. Parece que caminemos hacia las montañas intentando llegar al origen de tanto colorido.
- ¿Tienes prisa? -me preguntó.
- No, hoy no, ¿por qué? ¿En qué has pensado? -le respondí (Normalmente suelo tenemos muchas actividades o deberes que hacer para el día siguiente (supongo que a eso se debía su pregunta).
-¿Te apetecería ir a ver el atardecer a la playa?- me propuso.
-Claro que sí- le contesté.
Así que alargamos el paseo y nos acercamos al mar, al llegar nos sentamos en un banco, estaba situado completamente en frente de la playa, de cara al puerto y mirando dirección a las montañas. Pudimos contemplar y fotografiar cómo poco a poco el sol se iba escondiendo entre las montañas.
En cuanto por fin el sol se escondió del todo entre las montañas, decidimos volver hacia casa, cuando volvíamos no hacíamos más que hablar de lo bonito que había sido y de lo bonitas que serian esas fotografías.

Puesta de sol.

Era un sábado, estaba en mi casa muy impaciente, hoy era el gran día. Hoy llegaban a Cambrils, los corredores de motos de toda Europa, hacía mucho tiempo que esperaba este momento, había quedado con todos mis amigos para ir a verlo. El suceso era a las 4 de la tarde y ya eran las 3, habíamos quedado todos en el parque a las 3:30, para poder ir cada uno con su moto .Llegó la hora, fui hacia el parque y ya estaban todos ahí, cogimos las motos y fuimos hacia  Cambrils , el espectáculo era en la Riera de cambrils, cerca de los campos de fútbol. Llegamos, ahí había muchísima gente, estaba todo muy lleno, suerte que fuimos en moto y pudimos aparcar fácilmente. Llegamos a las gradas, aún no había comenzado, faltaban tan solo 10 minutos para que empezara aquello que tanto había esperado. 
Mis amigos y yo estábamos impacientes porque empezara, y después de esperar varios minutos empezó el espectáculo, muchas motos en la pista, era un escenario redondo, muchas gradas, variedad de publicidad y diversos puestos de comida rápida palomitas y bebida, en ese momento tenía un sentimiento muy grande de felicidad de poder estar con mis amigos y pasar un buen rato viendo aquello que más nos gustaba. El espectáculo fue de lo más entretenido: muchas piruetas, muchas emociones y mucha participación del público a la hora de animar. Se acabó el “show”, eran las 6 de la tarde y el sol ya se marchaba, decidimos ir a comer algo al McDonald, fuimos a coger las motos y de ahí nos dirigimos hacia el McDonald. Cogimos la comida y nos fuimos a sentar a la orilla del mar, miré hacia el cielo y había un puesta de sol preciosa, yo sabía que ese día se me iba a quedar en la memoria para siempre. Fue un día con muchas emociones y lo mejor de todo fue acabar el día merendando en la orilla del mar junto a mis amigos y una maravillosa PUESTA DE SOL.

Puesta de sol


Yo estaba con mis amigos de acampada cuando este bonito atardecer apareció entre las montañas de Panticosa (Peña Telera). Todos sacamos las cámaras de fotos para hacer fotos a la montaña y el atardecer.
En todos la acampada no parábamos de hablar sobre el paisaje que habíamos fotografiado.

Un día, mi novio me dijo que quería llevarme a un sitio muy bonito para decirme una cosa importante, normalmente siempre que hacíamos cosas juntos íbamos al cine, al parque, etc... pero ese día fue muy diferente.

Era un día de invierno, con lo cual anochecía ya, sobre las seis o seis y media, así que me dijo que cogería el coche y me llevaría a un sitio en Tarraqona a las cinco. Cuando llegamos allí ya eran las cinco y media y me pidió que le hiciera un favor:

- Por favor, Marta, ¿podrías taparte los ojos con esta venda?

- Sí, claro, no hay problema, pero ¿por quée, Lucas?

- Eso es una sorpresa.

Me hizo subir unas escaleras, y a medida que nos íbamos acercando al lugar, sentía como cada vez podía respirar mejor, una brisa muy relajante.

- Dónde me llevas? -le pregunté.

- Deja ya las preguntas,!ya casi hemos llegado!

Después de dar unos pocos pasos más, me quitó el pañuelo de los ojos, y entonces pude verlo, una preciosa puesta de sol, acompañada de la persona que más quiero, lo miré y mientras nos abrazamos me dijo que tenía algo importante que decirme, y que por eso me había llevado a su lugar favorito.

- Marta, ¿quieres casarte con migo?, Me dio sacándose un anillo del bolsillo.

Sin pensármelo dos veces, le dije:

- Claro que sí!

Y desde ese día no pude olvidar aquella preciosa puesta de sol.

El último amanecer.

Blanca Castillo(2011):Puesta de sol.
Como ya tenía sueño me tumbé en la cama y me dormí hasta que un extraño ruido me despertó, era mi barriga, tenía hambre, fui a la cocina y abrí la nevera para coger algo, entonces, algo o alguien me cogió por detrás y me tapó la boca, con mucha fuerza me llevó a un coche y me metió en el maletero, no sabía quién era ni cómo había entrado en mi casa.
Noté como el coche recorría un largo camino, con baches pero no veía nada, estaba todo escuro y encima me había tapado los ojos, unas horas después, las cuales calculé al azar porque no sabía ni dónde estaba, me sacó del maletero y oí olas, como si estuvieran furiosas golpeando contra las rocas, estaba en una playa, entonces, esa persona, me hizo sentarme en el suelo y me quitó lo que me tapaba los ojos, entonces, vi aquel fantástico amanecer, era precioso, entonces, giré la cara y vi a aquel señor, tenía como unos 50 años y no lo había visto antes, no sabía quién era ni por qué me había llevado ahí, ni por qué me había raptado, no entendía nada, entonces le pregunté:
-¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?
- Calla, no digas nada, solo mira cómo amanece.. - Me respondió él.
- Pero, pero... tengo miedo. -Le dije.
- Que calles, he dicho. -Me respondió.
- ¡Que quién eres! -Chillé desconsoladamente.
- Mira bien el amanecer, ya que es el último que vas a ver... -Me amenazó-
- Lloré...

PUESTA DE SOL


Eran las 17:35 cuando salí del instituto con unos amigos, nos dirigimos a la parada del autobús, nos fijamos todos en un atardecer precioso rojizo que estaba delante de nosotros, Aquel atardecer me encantaba porque los lados eran muy rojos, después cada vez más naranja y ahí en el medio todo amarillo y brillante. Mis amigos y yo nos sentamos en el suelo para esperar el autobús mientras contemplábamos aquellas vistas, era tan bonito que no podíamos parar de mirarlo. Pero pronto ya se estaba haciendo de noche y cada vez se veía menos, hasta que llego el bus, y nos fuimos hacia casa.

Rebeldes


Allá en lo lejos, y cada vez más cerca, la puesta del sol y un gran viento formaba una extraña forma en el cielo, sin dudarlo el pánico invadió mi cuerpo, porque lo que se veía a lo lejos parecía un huracán, empecé a hacer mi maleta cogiendo lo mío, mientras lo de ella en las cajas se quedaba. Antes de salir por patas, al balcón me fui, para afirmar la extraña forma de la puesta de sol, al salir afuera, me di cuenta, solo eran extrañas nubes en el atardecer, y yo solo quería salir de allí, de mi casa de Cambrils, para olvidarme de ella, la mujer que me abandonó, y al cielo se marchó.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Puesta de sol.


Estaba esperando a un chico muy especial para mí, me quería llevar a un sitio muy bonito que me dijo, aunque yo no sabia dónde me podría llevar. Estaba un poco nerviosa e inquieta, al fin llegó, se bajó de la moto y lo primero que hizo fue saludarme:
-Hola, princesa, ¿estás preparada?
-Sí -le dije ansiosa mente.
Y así, nos fuimos los dos, subí con él y me llevó a un sitio precioso en la playa a lo alto de unas rocas que había por allí, tumbó una toalla en el suelo, nos sentamos los dos y me abrazó muy fuerte. Me dijo en el oído que me quería y sacó una cajita de su bolsillo.
-Espero que te guste.
-Me encanta, es precioso, muchísimas gracias, de verdad (era un anillo de plata con un diamante pequeñito en el medio de color rosa).
Le di un beso y él me cogió de la mano y me dijo:
-Mira este amanecer conmigo, así te acordarás de mí, siempre que mires uno.
Sonreí y nos miramos, los dos nos quedamos allí un tiempo hasta que terminó.Fue perfecto, ese día se me quedará siempre guardado en un rinconcito de mi corazón.

Una maravilla especial: el atardecer

Alinea al centre
Aquella tarde fue especial, salí del instituto agotado y algo me motivó, me animó, me enamoró, era la imagen hermosa del atardecer la que me enamoraba, era de un color rojizo y anaranjado, no podía parar de mirarla. Mientras miraba ese hermoso atardecer acompañaba a mi amiga a la parada de autobús, cuando llegamos nos sentamos a ver la hermosura de atardecer pero no todo dura para siempre, digo eso porque en el momento más rojizo empezó a marcharse la luz y venia la oscuridad, yo no quería que esa imagen se marchara de mi vista pero pasó, más tarde llegó el bus al cual subió mi amiga y se marchó a casa.
Cuando iba para mi casa cada vez era más oscuro hasta el punto de que solo había la luz de las farolas y vehículos, pero hubo un pensamiento que me alegró, porque recordé que al día siguiente o al otro podría ver otro atardecer tan hermoso como el que vi esa tarde.

Feliz desde aquella puesta de sol


Ayer me vino a buscar a casa Sergi mi novio y fuimos hacia el puerto. Estuvimos andando por la orilla del mar cogidos de la mano esperando para ver juntos la puesta de sol.
-Sandra, estos momentos que paso aquí contigo junto al mar son mágicos y únicos, no quiero que esto acabe nunca…- dijo Sergi.
-Te quiero.- le dije mientras le abrazaba.
El sol se estaba poniendo detrás de las montañas mientras nosotros mirábamos las barcas que salían a remar, el sol brillaba y quedaba reflectado en el mar, Sergi me miro y me dijo:
-Sandra, ¿quieres ser mía para siempre?
Le miré un poco extrañada.
-¿Quieres casarte conmigo?- dijo mientras señalaba la puesta de sol, que cada vez era más bonita.
Se me cayó una lágrima, estaba convencida de que él era el amor de mi vida, le miré y le dije:
-Amor, me casaré contigo encantada, te quiero.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Puesta de Sol


Fui en barca y vi en el horizonte una luz, era la puesta de sol. Creí que era el fin del mundo,  el sol deslumbraba sobre el mar, una línea horizontalment atravesaba el sol, un reflejo del mar parecía que se estaba quemando, ¡¡¡más arriba vi una cosa parecía Saturno!!!!. Pensé:
- ¿Qué hace un planeta como ese delante de mí?
Era la puesta más bella que he visto por lo extraña e impresionante.
Decidí darme un baño en el agua, aún se veía cristalina el agua, al meterme en el agua todo me daba vueltas , cogí las gafas de bucear.
Bajo el agua creí que tenia el sol y el planeta encima.
¡Qué susto antes de caer el amanecer! El sol y el planeta desaparecieron por completo con un estallido de luz.

AMANECE EN CAMBRILS

Igual que todos los días, cuando me dirigía a clase, me encontré con mi amigo Jordi que se dirigía a su barca, para salir a faenar.
 -¡Buenos días, Jordi!, ¿Al trabajo de todos los días?
-Sí, qué remedio, pero hoy tengo un mal presentimiento.
-¿Qué té ocurre? –le pregunté asustado.
-El color rojizo de estas nubes como castillos de naipes, me dan mala espina.
-No seas pájaro de mal agüero, seguro que no será nada.
-Ojala tengas razón. Bueno, Jaume, hasta mañana. Que tengas un buen día en el colegio.
-Gracias,  Jordi. Hasta mañana.

Yo seguí mi camino, mientras observaba como los barcos de pesca desfilaban uno detrás de otro, como un ejército de hormigas, hacia la bocana del puerto y se dispersaban, por todo el mar.
Mientras me dirigía al colegio, fui observando cómo cuanto más subía el sol por encima del faro, las nubes, cogían formas más desafiantes.
Quizás sí que tenía razón el experimentado marinero. No pude evitar que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

Durante el día empezó a llover abundantemente y a soplar un viento huracanado, que como aquel que dice había salido de la nada.

Cuando llegué a casa por la tarde, lo primero que me dijo mi madre, es que una de las barcas que por la mañana había salido a pescar, todavía no había regresado a puerto.

¿Será tal vez la barca en la que iba mi amigo matutino Jordi?

Puesta de sol



Era un día muy cansado, me había levantado con el pie izquierdo. Desayuné y me preparé psíquicamente para este día. Iban a venir unas niñas pequeñas, las hijas de los amigos de mi padre y mi madre. Son muy pesadas y además yo tenía que estudiar. Tenían que venir a comer a nuestra casa y después como siempre los padres hablado y las niñas a nuestro cargo, digo nuestro porque mi hermano también tenía que cuidarlas, pero no, como siempre, se librará porque no se qué y no sé cuantos. Bueno, han venido a las 3:15, la comida ya estaba lista y todo bien preparado. Comimos todos. Los padres se sentaron fuera que hacía muy buen día, en la sombra fresquito y en el sol calorcito, y nosotros en el salón. Las niñas tirándose sobre mí. Yo deseando que me llamara alguien para quedar y no estar aquí con ellas ni con nadie la verdad, no tenía ganas de nada. De repente me llama alguien al móvil. Era Andreu, el tío que me gustaba. Cogí el móvil y dije:
- ¿Si?
- Hola, soy Andreu, te llamo para quedar, si puedes, que quería hablar contigo, por favor.
- Sí, si claro, quedamos en la gasolinera de la playa, ¿te parece? -dije yo.
- Perfecto, allí nos vemos -dijo. Y colgó.
Yo toda emocionada de que me había pasado algo bueno en este día, fui a mi cuarto, me puse los vaqueros, una sudadera roja, me peiné y le dije a mi madre que lo sentía mucho por no poder estar con las niñas. Mi madre dijo que no importaba. Yo me fui rápidamente de mi casa, pensando qué me quería decir Andreu. Tardé unos 15 minutos en llegar a la gasolinera, él ya me estaba esperando allí. ¡Era el más guapo de todos los chicos del mundo entero! Tenía los ojos verdes, el pelo más o menos largo y negro y una sonrisa perfecta. Me saludó de lejos. Llegué hasta él, le di dos besos en la mejilla y empezamos a caminar. Le dije que a dónde íbamos. Me dijo que íbamos a una pradera que él conocía desde pequeño. Yo le dije que vale, que me parecía una idea muy buena. Y pensé: ¡Qué romántico es!. Todo el camino lo he visto nervioso, con cara rara, me preocupé porque él no suele ser así. Bueno, hemos llegado, dijo. Era algo precioso, apartado del mundo entero, flores por todas partes, cuando el viento soplaba todo se movía, el dulce aroma nos ha rodeado, a los dos. En medio de toda la pradera, encima de una montañita, había una palmera. Andreu me dijo que esta palmera la había plantado su abuelo con el amor de su vida (la abuela de Andreu). Sus ojos brillaban, tanto como los míos. Me dijo:
- ¿Qué ves detrás de ti?
Me giré y vi el impresionante sol que estaba casi por desparecer detrás de las montañas. Me preguntó qué sentía, qué me parecía. Respondí:
- Es algo único, maravilloso, no hay nada parecido a eso, me encanta mirarlo y me llena de energía.
Me cogió de la mano y me dijo,
- Todo esto que has dicho y aún más, es lo que yo siento por ti-. Se me paró el corazón.
Me acarició el pelo y me dijo:
- Te amo-. Se me acercó a la cara y me besó. Fue un beso único, como esa puesta de sol. Nos sentamos en la yerba, cogidos de la mano, viendo el precioso atardecer junto a la palmera de su abuelo.

Siempre en mi mente


Cada domingo, cuando caía el sol, iba al lago de un precioso bosque silencioso.
Cada domingo, me encuentro allí con él, y recordamos todas las tardes que pasábamos juntos, viendo las puestas de sol, en ese mismo sitio fue donde me pidió la mano, viendo cómo el color del atardecer, se reflejaba en el agua, y formaba esa sensación de de que delante de nosotros era todo cielo.
Nos rodeaban unos árboles, tan altos, que parecía, que más lejos, de allí no existía nada, todo estaba tranquilo, el agua no se movía, y solo se escuchaba el viento y algún pájaro cantarín.
Solíamos estar cogidos de la mano, un buen rato sin decir nada, y luego él solía interrumpir el silencio, con algún piropo. Pero ese día fue diferente. Nos levantamos de donde solíamos sentarnos, un tronco viejo que reposaba en el suelo, y corrimos hacia el lago, nos estuvimos bañando un buen rato.
Al salir, él me confesó una cosa, tenía una enfermedad mortal, y le quedaba poco tiempo de vida.
-Lo siento, amor, no te lo he dicho antes, porque esperaba un buen momento.
En ese momento, me quedé destrozada, pero no lo iba a dejar solo, y por eso le dije una cosa de la que no me arrepentiré nunca.
- ¡Cásate conmigo!
Sin pensarlo ni un momento, nos unimos para siempre en ese mágico lugar. Por eso, cada domingo, cuando cae el sol, voy a ese sitio tan especial para mí, para que cuando el lago y el cielo se unan, y surjan esos colores naranjas y lilas del cielo, poderlo ver, como si estuviera a mi lado aún.
Y recordar siempre los ratos que pasamos juntos en silencio , sentados al lado del lago observando ese cielo tan magnífico.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Y así, fue como empezó la mejor etapa de mi vida...

Maya Izmailova (2011): Puesta de sol en Cambrils, el viernes 16, a las 8:05 de la mañana
-¿Iara?
Iara se cubría la cara con los brazos, secándose las lágrimas con las mangas del jersey, y aunque era verano, hacía frío. Me acerqué a ella. Estaba sentada en una roca. En el norte de la ciudad había esta playa secreta y muy poco frecuentada. Iara y sus amigas la descubrieron mientras jugaban al escondite. Siguiendo la carretera principal, hay un pequeño camino escondido entre árboles. Pasando el bosque, está la playa. Dos enormes rocas hacen de entrada. Es una playa muy pequeña, de menos de treinta metros, de arena suave y amarilla, con reflejos dorados. A los lados las dos enormes rocas la cubren hasta entrar en el mar y formar un majestuoso acantilado.
Iara estaba sentada al lado de la única roca que sobresale de la arena, de un metro, apoyándose en ella. ¿Cómo describir el dolor que sentí al ver la persona de mi vida llorando de la peor forma que había visto nunca? Iara me miraba fijamente. Tenía frío. Ella también. Con la cara roja, sin maquillar, llorando, sollozando y diciéndome: “¿Qué esperas? Ríete de mí, no me importa” La quería. La quiero. Una lágrima resbaló por mi mejilla. Iara se quedó sorprendida. Me senté a su lado y la miré fijamente. En ese momento, el mar estaba devorando el sol y la luz se reflejaba en sus ojos. Parecían rubíes. De repente, todo el mundo dejó de tener sentido, el tiempo dejó de existir y mi cerebro solo recordaba tres palabras. Me acerqué a ella, susurré: “Eres mi vida”, Le cogí la mano, suave, y la besé. No sé cuánto tiempo estuvimos así, porque cuando me separé de ella ya no podía ver el brillo rojizo de sus ojos. Era de noche. Verla sonreír me pareció lo más bello del mundo. Y así, fue como empezó la mejor etapa de mi vida.

PUESTA DE SOL.


Ayer me fui a pasear por el puerto, rozando el agua del mar con los pies, en la orilla.. Se estaban acercando las cinco de la tarde cuando vi una puesta de sol muy bonita! Estaba con mi mejor amiga: Laura. Cada día vamos a pasear por la playa y nos explicamos mutuamente lo que nos ha pasado durante el día en el instituto. Un poco después de contarnos nuestras cositas, nos sentamos en frente de una puesta de Sol preciosa. Justo delante, teníamos un barco que salía para hacer fotos a la puesta de Sol desde más cerquita. Nosotras quisimos subir. Y pensé en sacarle una foto. Laura se quiso poner en la foto, pero con todo respeto, la puesta de Sol ya no era tan bonita, porque tapaba parte de ella. Nos quedamos sentadas un buen rato. Mientras veíamos la puesta de sol tan maravillosa, me dijo:
-Judit, ¿no sería genial que cada día hubiera una puesta de Sol tan preciosa?
A Laura le encantaban las puestas de Sol, se sentía libre, le daba libertad, inspiración, felicidad.
El Sol era redondo como una pelotita, pero se iba escondiendo detrás de las montañas, ya solo se veía la mitad de él. El cielo se estaba oscureciendo. Nosotras, escuchábamos música y contemplábamos el precioso Sol que teníamos justo delante.
-Se está yendo el Sol.. – le dije a Laura, un poco triste.
-Sí, pero quiero quedarme hasta que se vaya del todo, ¡por favor! – me pidió ella, porque como he dicho antes, le encantan las puestas de Sol, y se siente muy bien observándolas.
-Claro que sí, nos quedamos, tranquila.
A mí me gustaba verla feliz, porque ella tenía muchos problemas en casa, y ayudarla a sonreír era lo menos que podía hacer. Ya está, el sol se había ido del todo.
-Laura, ¿nos vamos a casa ya? ¿Quieres cenar en mi casa? – le pregunté.
-Sí, me he vuelto a pelear con mis padres, ¿puedo quedarme también a dormir por favor? – me pidió, triste.
Yo le dije que por supuesto que sí, que no había ningún problema. Estaban casi cada semana igual.. ¡Pero yo siempre tengo cosas para hacerle sonreír!

viernes, 16 de diciembre de 2011

Trabajo cooperativo

INTRODUCCIÓN
Cambrils es un municipio ubicado en el nordeste de España, en la Comunidad Autonóma de Cataluña, integrado en la provincia de Tarragona, y de la comarca del Bajo Campo.

Cambrils disfruta de un clima muy  suave, con temperaturas medias durante el verano de 25º y en el invierno de 12º.

CULTURA
Se han encontrado diversos restos arqueológicos del periodo paleolítico. También hay numerosos restos romanos, como mosaicos o cerámica. De las antiguas murallas que rodeaban la ciudad se conserva la puerta,en la zona del puerto se encuentra una antigua torre de vigílancia.
Cambrils celebra su fiesta mayor en el mes de junio, coincidiendo con el día de san Pedro. En septiembre se celebra el día de la Virgen del Camino.
-En la fiesta de la virgen del Carmen  los vogadores vent d’estrop llevan a la virgen desde la  esglesia de bajo el puerto en un pequeño barco cargado en los hombros, la gente se suben en los barcos de los pescadores y salen fuera del puerto y tiran una rosa al mar para pedir un deseo a la virgen.
-En las fiestas de San Pedro lo que hacen son actividades para los niños mas pequeños en el parque del pescador o en el parque del pinaret, también unos niños se disfrasan de lo que se llama en cambrils (cap grossos ) y van por las calles de cascuo antiguo bailando las danças tradicionales del pueblo. Para los mas mayores hacen lo que se llama (correfocs) que son jovenes que van por las calles tambien con las danças tradicionales bailando i tirando petardos.
ECONOMÍA
Durante muchos años las principales actividades económicas del municipio fueron la pesca y la agricultura. En la pesca los platos que se comen mas en este pueblo son el  marisco  de agrigultura el aceite de oliva.

LAS PLAYAS
Es uno de nuestros mejores y mas valorados de cambrils, nuestras olayas se extienden al largo de 9 km de tierra fina dorada en las quales puedes disfrutar de un clima mediterraneo. A mas al paralelo de nuestras playas ai el paseo maritimo donde se puede disfrutar andando o en bicicleta por el carril bici.


EL RESTAURANTE
MESON DEL MAR
El restaurante
Asómese a nuestras instalaciones y descubrirá nuestra filosofía y nuestros productos de alta calidad.

Las propuestas gastronómicas
Tanto si se decanta por los platos clásicos como por las innovaciones: nuestros menús y la oferta de temporada satisfarán al paladar más exigente.
Nuestros carta esta compuesta mayoritariamente de productos de la tierra predominando el pescado de Tarragona que es famoso por su alta calidad.

La carta
podeis elejir entre tipos de pescados, pastas, tapas...
la pagina de la carta:

http://mesondelmar.es/app/download/3668513702/carta+meson2010+%288%29.pdf

Platos Estrella
Nuestro plato estrella es el Arroz de Bogavante (22€) , pero sin dejar de la lado el Arroz Negro (11€), la Paella de Marisco (12,5€) o la completísima Mariscada (90€ para dos personas) y sin olvidar el Bacalao a la Vizcaína (10,40€) y mas.


HOTEL Monica ****
Precio hab. /noche desde: 156 euros media pensión
Situado en pleno corazón de Cambrils , tan solo a solo 100 metros de la playa el Regueral y del club Náutico .
Dispone de 100 habitaciones de diferentes categorías , dispone de habitaciones superiores adaptadas para minusválidos.
tiene un jardín de mas de 1.500 m2
Dispone de piscina para adultos y para niños.
Su ultima renovación fue en 2010.
Dentro de el hotel hay un restaurante . El restaurante ofrece un gran buffet variado en el desayuno, y en temporada también en el servicio de comida y cena, sino servido en mesa. En las cenas obligatorio pantalón largo para los caballeros. Comida para celiacos disponible  bajo petición.

Itinerario mañana

Por la mañana iremos a dar una vuelta en un barco de paseo en concreto en el Bahia Cruiser, un barco muy grande donde te lo puedes pasar muy bien, puedes hacer un paseo marítimo, ir con motos de agua, pescar…Después de ir en el barco, iremos al casco antiguo a pasear.Nos acercamos al puerto donde estaba el restaurante (Meson del Mar) nos miramos el menú i decidimos que comer, nos esperamos un rato mirando las tiendas y compramos en la tienda Yolanda, tomando algo en un bar,  i después entramos en el restaurante.
ITINERARIO DE TARDE:
Cuando acabe de comer fui a coger el tren turístico de Cambrils. Que la parada se coge donde está el Parque del Pescador. Allí me dieron una vuelta de 50 minutos. Me pasearon por todo el puerto y nos enseñaron los sitios más emblemáticos de Cambrils y con más historia, pudimos ver también el ambiente que había con todos los turistas caminando, comparando, haciendo turismo etc... También nos pasearon por la parte de arriba de la ciudad, el casco antiguo. Todo fue muy bien, disfrute mucho del paseo. Luego cuando acabe, el tren nos dejo en el mismo sitio donde lo cogí. Cuando me di cuenta se me había hecho más tarde de lo previsto, eran las 17:30 así que fui a pasear por el puerto, pero me entro hambre así que fui al “Sirvent” y me hice un helado de coco y chocolate.
Pasee por el puerto, todo el resto de la tarde, pase por al lado del faro rojo, fui hasta allí, y luego pase por al lado de una nueva escultura de Cambrils que se llama las Sirenas, que son unas esculturas muy grandes y bonitas. Luego hice algunas compras de capricho propio , y luego me dirigí al hotel para descansar antes de salir por la noche otra vez.

ITINERARIO DE NOCHE

AGRANDA EL TEXTO